El lunes comienzan las obras de retirada de las compuertas de ambos ríos, entre el resto de trabajos que se están llevando a cabo desde hace días para rellenar el anillo navegable creado artificialmente y renaturalizar ambos cauces
Los cursos fluviales del Piles y Peñafrancia están inmersos en pleno proceso de transformación desde hace días. El conocido proyecto de renaturalización de las aguas de ambos cauces gijoneses ha comenzado hace días con el objetivo de solventar los problemas ecológicos y de salubridad pública que se generaban sobre todo en los meses de verano con su trazado actual.
Hasta ahora, ambos ríos se encontraban unidos por la presencia del anillo navegable creado de forma artificial para facilitar la navegabilidad de piraguas y otras prácticas deportivas. Este se logró gracias al canal de comunicación del Piles y Peñafrancia que se estableció aguas arriba de su confluencia natural, y la construcción de dos azudes u obstáculos longitudinales, uno en cada cauce, que elevan la lámina de agua y permitían la comunicación entre ambos ríos y el cierre del anillo en su extremo inferior. Estos azudes buscaban ralentizar el agua, lo que provocaba un aumento de su temperatura, facilitando la proliferación de fitoplancton «típico de ambientes lénticos y eutrofizados», según se cita en el comunicado del proyecto. El Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental consideraba así al Piles una masa de agua «muy modificada» de la que derivaba una mala calidad de las aguas del río en su tramo urbano, en el que baña las aguas de la playa de San Lorenzo.
Las actuaciones acometidas ahora pasan por rellenar el canal de derivación que unía los tramos bajos de ambos ríos y que permitía el anillo. Los trabajos de relleno se están realizando esta semana con con los materiales extraídos de las obras de acondicionamiento de los taludes entre las calles Albert Einstein y Anselmo Solar. La formación de estos taludes en el margen derecho del río ayudarán a reforzarlo frente a futuras subidas y evitar inundaciones, además de permitir la formación de zonas de bosque de ribera.
Los trabajos de relleno del canal de derivación permiten que el Piles y el Peñafrancia recuperen su continuidad más longitudinal y su conectividad lateral, además de la consecuente mejora en la calidad del agua y reducir los problemas asociados al encauzamiento artificial. Con el relleno de la tierra de los taludes avanzados estos días, mañana lunes acometerán el derribo de los azudes o presas de derivación que los obstaculizaba en su confluencia natural. Para dar comienzo a las obras, estará presente el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Rodrigo Pintueles.
Con el proyecto Piles Natura, el Ayuntamiento busca «aumentar la resiliencia de la ciudad frente al cambio climático, mejorar los elementos de calidad biológicos, hidromorfológicos y fisicoquímicos de ambos ríos y en última instancia, mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Gijón». Al finalizar con esta acción dentro del Proyecto de Rehabilitación y Renaturalización del curso bajo de los ríos Piles y Peñafrancia, el Complejo de las Mestas ganará 2.000 metros cuadrados de espacio.