El portavoz de la formación en la oposición, Javier Suárez Llana, urge a adquirir la parcela e incorporarla al Botánico, y califica de «irresponsabilidad» el que desde el Ayuntamiento aún no haya cerrado un acuerdo con la propiedad
Toda ciudad tiene su cuentas pendientes, sus cruzadas por resolver, sus temas enquistados, en cantidad directamente proporcional al tamaño de la urbe en cuestión. En Gijón, continúa por resolverse el futuro de la finca de La Isla, cercana al Jardín Botánico Atlántico, parte de su superficie natural y, actualmente, todavía en manos privadas. Y a ese asunto se ha referido este miércoles el portavoz municipal de Izquierda Unida (IU) en el Ayuntamiento, Javier Suárez Llana, quien ha reclamado al Gobierno local que incorpore al proyecto de presupuestos para 2025 la compra de dicha parcela, zanjando así un proceso negociador iniciado en mayo de 2023, y acelerado por el reciente «ultimátum» enviado por la propiedad al Consistorio para que, de una vez por todas, se resuelva o se abandone la operación.
Así, Suárez Llana pide «priorizar» esta compra frente a otras inversiones», al tratarse de «una pieza clave para la ampliación del Jardín Botánico a la que Gijón no puede renunciar». A este respecto, el concejal en la oposición considera una «irresponsabilidad» que el Ejecutivo municipal no haya cerrado un acuerdo que lleva meses anunciando, y para el que cuenta con el apoyo de todos los grupos políticos». Y no sólo eso; al mismo tiempo, ha afeado al concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, que dijera a la oposición que «estaban en ello», cuando la última vez que hablaron con la propiedad «fue en abril, hace cinco meses».
Así las cosas, Suárez Llana ha querido recordar que la negociación para la adquisición de La Isla la inició el Gobierno anterior, formado por la coalición del PSOE con Izquierda Unida. «Ahora urge aún más incorporarla al Botánico tras descartar el actual Ejecutivo municipal el proyecto para convertir la Quintana de Rionda en el nuevo laboratorio», ha matizado el edil. Y se ha despedido enfatizando que, en el momento presente, «necesitamos con urgencia un lugar adecuado y seguro para albergar el banco de germoplasma, los herbarios y la actividad científica que se desarrolla en el jardín». Un objetivo totalmente factible en una parcela que suma un total de 17.000 metros cuadrados, dominados por el histórico edificio catalogado y la capilla anexa, erigidos en un espacio edificado de casi 1.740 metros cuadrados.