Tráfico pesado, política ligera

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha dicho que NO. Que no se va a hacer ningún vial soterrado. Y punto. Y que, como no se va a hacer, y dado que, tanto el Gobierno del Principado como el Gobierno del Ayuntamiento no aceptan otra opción, pues que nos olvidamos de lo del vial de Jove

Creo que este es el cuarto y, ya les adelanto, último artículo que escribo sobre el vial de Jove. Y lo hago a modo de epitafio porque conviene dejar a los muertos tranquilos, y esta obra ya forma parte del pasado.

Un pasado que arranca hace casi 20 años, cuando se aceptó, después de movilizaciones, broncas y discusiones varias, que la opción del vial de Jove -un boulevard soterrado- era la opción mejor, sin haber una perfecta al 100%, para dar salida al tráfico pesado que nutría al puerto de El Musel y que atravesaba, y atraviesa, el barrio de La Calzada. Resultan innumerables la cantidad de cosas que han pasado en estos veinte años en la ciudad, aunque si me paro a pensarlo, no sé si suman más las cosas que se han hecho que las que no se han llegado a hacer, pero eso es otra historia. El caso es que lo que sí ha ocurrido, como dejan claro los estudios de la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias al respecto, es que la contaminación atmosférica de la zona oeste (mucha de ella, pero evidentemente no toda, que para complementar en eso tenemos a Arcelor) viene derivada de los contaminantes que genera el tráfico pesado que por ahí circula y seguirá circulando. Y este hecho, lo de la contaminación, irrefutable y ciertamente triste, con el carpetazo definitivo al vial de Jove, continuará.

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Y lo va a hacer porque, como ya sabemos todos a estas alturas, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (que no se nos olvide que el Ministerio de Transportes es de eso, de transportes, pero también lo es de movilidad sostenible, lo que en este caso y como se diría vulgarmente “ronca la madera”) ha dicho que NO. Que no se va a hacer ningún vial soterrado. Y punto. Y que, como no se va a hacer, y dado que, tanto el Gobierno del Principado de Asturias como el Gobierno del Ayuntamiento de Gijón no aceptan otra opción, pues que nos olvidamos de lo del vial de Jove, y de cualquier soterramiento. Así que ahora a pensar en otra cosa. Este sería el relato en boca del Ministerio de Transportes, que es el responsable último de la inversión.

A partir de aquí, entrarían ya en el debate las propuestas que el Gobierno del Principado ha comenzado a barajar, como retomar la opción del túnel de Aboño, o la opción de hacer uso de la futura estación ferroviaria intermodal de la ZALIA para sacar las mercancías en tren de El Musel. Veamos. Teniendo en cuenta que el Proyecto de la ZALIA -ese macro polígono totalmente vacío que tenemos en el entorno de Serín- comenzó a fraguarse en febrero de 2008 y que hoy, 16 años después, sigue vacío y sin electricidad, resulta poco probable que una estación intermodal que requerirá una inversión de 80 millones de euros en mitad de un erial, no tarde al menos otros 18, o 20 años en “ver la luz”. Es decir, la solución para el barrio de la Calzada de sacar el tráfico a través del ferrocarril forma parte de un futuro muy, muy lejano, en el mejor de los casos.

Vayamos a hora al famoso túnel de Aboño. El próximo 13 de diciembre el túnel cumplirá 12 años cerrado, en lo que no ha dejado de ser otra curiosa gestión de la Autoridad Portuaria. Una más, dicho sea de paso, que no beneficia en nada al municipio que acoge al puerto. Pero sigamos. El túnel se cerró de la noche a la mañana, y pese a algunas insistencias políticas, y propuestas posteriores, nunca se llegó a volver a abrir. Y básicamente fue así porque la Autoridad Portuaria -de un puerto del estado- no quería gastarse dinero en su mantenimiento. Ahora, 12 años después, se vuelve a poner sobre la mesa como opción viable para sacar el tráfico pesado de El Musel. Quizá fuera la opción más razonable desde un inicio. El problema, en este caso, ya es otro, y es que, una vez más, iniciar un proyecto de cierto calado en Gijón es algo más complejo que mandar una nave tripulada a Venus. Si tuviéramos en cuenta los tiempos del ya descartado vial de Jove, nos vamos a otros 20 años de espera. Lo que genera rabia. Mucha rabia. Y que la credibilidad en la clase política y los políticos descienda aún más. Y la rabia y el descredito en la clase política genera la llegada del oportunismo, del negacionismo, del discurso salvaje y de la irracionalidad a la gestión de lo público, como podemos ver en otros lugares. Y por supuesto que la llegada de esta rabia traducida en votos no va a facilitar que se haga el vial, el túnel o lo que sea, pero si va a generar que, en el camino, todos, perdamos. Y eso, una ciudad como Gijón, que camina en una delgada línea de avance, no se lo puede permitir. Como sus ciudadanos no se pueden permitir que la inversión estatal en Gijón lleve más de una década parada. Y me temo que, en este caso, un gobierno estatal progresista como el actual -no olvidemos, porque a veces se nos olvida, que se trata de un gobierno en coalición entre el PSOE y SUMAR- está ninguneando a Gijón, facilitando de esta manera la continuidad en la ciudad de un gobierno conservador, estático, que con limitarse a decir que defiende los intereses de la ciudad no necesitan hacer nada más. Y nada más hace.