El paso de este tiktoker gaditano por el Principado no tiene desperdicio: «Asturies, patria divina quillo»
Muchos creadores de contenido que visitan Asturias reportan con mayor o menor profesionalidad y de forma más experta o más casera su experiencia conociendo aquellos lugares más destacados, comiendo en los restaurantes de mayor popularidad o paseándose por los pueblos y ciudades más conocidos. Pero ya ha habido más de una ocasión en la que alguno termina ganándose enemigos en la región por decir ‘lo que no debe’ de alguno de los aspectos de nuestra querida Tierrina, o hacer alguna broma mal encajada por parte de los usuarios asturianos en redes. Sin embargo, es casi imposible que ese sea el caso de Jesús Ansal (@jesusansal en Tiktok).
El joven procedente de Cádiz ha ido ganando fama poco a poco en esta red social gracias a sus vídeos en los que da su opinión o reseña sobre las cosas que considera, con un humor y un acento gaditano tendentes a la exageración que resulta inconfundible, además de difícilmente iniciador de polémicas. A pesar de estar viviendo en Países Bajos, Ansal viaja con mucha frecuencia a distintas partes del mundo en las que muestra las curiosidades de los lugares que visita, y uno de los últimos ha sido precisamente Asturias. Sus vídeos por el Principado ya acumulan más de 29.400 likes y casi 800 comentarios de más de algún ‘paisano’ de casa que, o se parte de la risa sus valoraciones, o aclara con amabilidad alguna de las que cosas que cuenta de las tradiciones que entraña la Tierrina.
El tiktoker arrancaba su vlog a la asturiana confesando que era su primera vez en la comunidad, y para ello prefirió comenzar por uno de los rituales que más se asocian a la región como lo es compartir unos culinos de sidra. Explica con mucho salero y respeto que los asturianos hablan de «sidrina», no «sidrita» o «sidriña», y que va a intentar escanciar lo mejor posible, pero avisa: «A ver si lo hago bien, no me vayáis a criticar, eh mamones». Después de contar a cámara paso a paso en qué consiste el ritual sidrero -tomarse el culín de golpe, tirar el poso, compartir vaso y demás cuestiones- se despide garboso admitiendo que se va a «pillar una cogorza» con alguna que otra sidrina en «este paraíso natural», con las montañas del Cuera al fondo, algún culín y «un buen cachopo».
La próxima vez que volveremos a ver al influencer reseñando su viaje va a ser para hacer una cata gastronómica muy especial en Gijón. Ansal hace parada en la Islandia, la archiconocida heladería por ofrecer los sabores más excéntricos en su carta. Este iba buscando esas variedades únicas de helado y por ello decidió pedir una tarrina con dos bolas, de queso cabrales y sidra, y otra con helado de oricios y de fabada. «¿Está bien la mezcla?», pregunta a la heladera entre risas. En la cata final, hay todo tipo de valoraciones: algunos sorprenden y otros disgustan. Comienza con el helado de oricio y cuenta que «es un helado de marisco, pero ¿te puedo decir que no está tan malo? Porque es como dulzón pero sabe a erizo de mar». La fabada es sin embargo un suspenso emabrgo: La fabada le dio asquete porque «sabe a chorizo, a fabada, a legumbre, y yo que no soy muy de potaje pues peor si encima me lo pones en un helao».
Con el de cabrales cuenta que le gusta el queso, pero descarta el helado hecho a partir de este porque «está fuerte de cojones». El de sidra sí le parece «muy interesante», sabe «como un granizado» y «está bueno, tiene un montón de sabor, si podría pedirme yo otro». Al despedirse bromea con que «qué barbaridad los asturianos, qué mezclas…», pero enseguida un seguidor se molesta en aclararle que ese tipo de helados que ofrecen en Islandia suelen triunfar más entre los de fuera que visitan la Tierrina. «Los de aquí no los compramos ni de broma», concluye.
Con tana «sidrina», termina la tercera y última parte de su vlog contando que para la comida que va a disfrutar a lo largo del vídeo, ha preferido pedirse una Caleya, una cerveza hecha en la región. Sorprendido con el buen tiempo que no esperaba de Tierrina y con idea de irse de ruta a los lagos de Covadonga, empieza su menú con un rollo de bonito del norte con patatas fritas. «¡Qué ricu, el bonitu, niñu!», exagera. El acento fake continúa para presentar el siguiente plato, pero aquí viene la confusión que probablemente hayan provocado sus amigos asturianos al darle indicaciones con los nombres: «Tenemos adobu -menciona señalando el picadillo-, tortus de maíz, y pitu caleya -en referencia a unos huevos fritos que acompañan a los tortos-«.
El tiktoker admite «descojonarse» de la risa con la traducción de algunas cosas al asturiano, como el cartel de unos baños que encontró que se nombraban como «meixaderos». Sin embargo, come con mucho gusto todo lo que va probando y aclara en varias ocasiones que muchos de los productos como el bonito del Cantábrico o los tortos con picadillo «no llegan a Cádiz». También va asumiendo que en Asturias «son de buen comer» y se muestra encantado con el menú: «Asturies patria divina». Un paseo por Covadonga en compañía de unas vacas y un carbayón de postre concluyen la ‘fartura’ con la que bajar la comida y ponen fin a la visita del gaditano por Asturias y ese contenido que une sur y norte.