Los técnicos de la empresa municipal mantienen la zona acotada para evitar incidentes con los peatones; una vez completen la tarea, se desplazarán a otras áreas arboladas de la ciudad
Quizá las temperaturas despisten un tanto a algunos, pero Asturias está ya en otoño. Época de cielos plomizos, de inspiración y melancolía a partes iguales, de vegetación que se deshoja para volver a florecer en la primavera próxima… Y de puesta a punto del arbolado urbano, tanto por pura estética como por seguridad, para que los temporales otoñales puedan provocar algún incidente. Así, este martes las brigadas de trabajo de Parques y Jardines, dependientes de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (EMULSA), se han desplegado en la orilla este de la calle Palacio Valdés, la inconfundible ‘acerona’ de Gijón, para poner a punto los árboles que jalonan su trazado. Una tarea regular previa al salto a otras zonas del municipio.
Ya desde las ocho de la mañana los operarios del ente público tendían metros y más metros de cordón de obras, delimitando el área de trabajo en el extremo sur de la calle, cerca de la intersección con la avenida de la Costa. A lo largo de la mañana de hoy sus esfuerzos se centrarán en podar las ramas excesivamente largas, retirar la vegetación sobrante y, en definitiva, preparar las plantas para encarar el grueso del otoño y a su natural sucesor, el invierno. A fin de cuentas, ya sea de forma directa o indirecta, nadie quiere que, por efecto de las tempestades, se repitan sucesos como el ocurrido a principios de septiembre en la plazuela de San Miguel, en la que el sobrepeso de sus ramas llevó a que un castaño se desplomase. El suceso, conviene recordarlo, suscitó la indignación vecinal, y propició una campaña de reacciones que incluyeron la colocación de una suerte de ‘cementerio’ por la vegetación perdida.