«Todas nos parecen películas con alma, concebidas cada una a su modo desde el humanismo y con ansias de reconstrucción de la comunidad, que creo que es uno de nuestros grandes desafíos tras la pandemia; también son películas con una caligrafía muy personal»
Al director del FICX, Alejandro Díaz Castaño (Asturias, 1970) le toca poner bajo la lupa el trabajo de todo un año para otra edición más. El máximo responsable del Festival Internacional de Cine de Xixón se sienta junto a miGijón para valorar las historias que el público disfrutará de este año en las salas, la evolución y el estado de salud del certamen y, por supuesto para recomendarnos el mejor cine. La 62ª edición que celebra el Festival reúne en Gijón, del 15 al 23 de noviembre, a 200 cineastas, 169 títulos y 136 proyecciones entre los que se esconden nombres de la talla de Antón Álvarez (C.Tangana), Rossy de Palma, Carla Simón, Bárbara Lennie, Omar Ayuso, Joaquín Reyes o Julián López.
Películas de firma coreana, portuguesa, vasca, asturiana, neowestern, thriller rural, cine queer o con imágenes generadas con IA comparten cartel en el FICX. No hay dos historias ni estilos iguales. ¿Hay algo en común que sí compartan todas estas proyecciones?
Es cierto que las películas del FICX son muy variadas tanto a nivel de procedencia como en lo estilístico y temático. Y creo que así debe ser para evitar caer en la monotonía. Pero, por supuesto, también hay elementos comunes como el hecho de que todas nos parecen películas con alma, concebidas cada una a su modo desde el humanismo y con ansias de reconstrucción de la comunidad, que creo que es uno de nuestros grandes desafíos tras la pandemia. También son películas con una caligrafía muy personal. Y muchas de ellas ofrecen distintos enfoques sobre temáticas asociables. Por ejemplo, este año hay varias películas que reflexionan sobre la manera en la que nos relacionamos con el pasado. Esto ocurre en películas tan distintas, y tan brillantes, como Eight Postcards from Utopia y Sleep #2 de Radu Jude, o L’edat imminent del colectivo Vigília.
El certamen deja claro que uno de sus grandes objetivos es el de recoger propuestas que quizá por su grado de experimentación o particularidad no habrían conseguido atraer la atención de las salas comerciales. ¿Recuerda algún caso paradigmático en el que ese objetivo se haya cumplido con creces? O alguno que recuerde con especial cariño.
Sí, ha habido muchos por suerte, porque solo en el último año una treintena de títulos que pasaron por la anterior edición del FICX han conseguido el ansiado estreno comercial en nuestro país. Ello forma parte del papel crucial de los festivales como plataforma que resulta útil a las películas y que impulsa la dinamización del sector audiovisual. Y es especialmente importante para cineastas que están empezando. Uno de los casos que recuerdo con más cariño es el de la directora Núria Giménez Lorang, que confió en Gijón para estrenar mundialmente su película My Mexican Bretzel. Tras su paso por el FICX la película fue premiada en Rotterdam, fue adquirida por una distribuidora para su estreno en salas comerciales y finalmente fue nominada a dos Goyas y ganó un Premio Feroz. Y hay muchos más ejemplos, claro.
El FICX cumple ya 62 años de trayectoria. ¿Qué momento atraviesa el certamen ahora mismo? En esta edición vemos un blindaje en la relación entre Gijón y San Sebastián, que parece ir cada vez a más, defendiendo que la colaboración debería primar ante la competitividad en favor del cine.
Creo que el momento es positivo, tal y como indican datos duros como el aumento de público del FICX en 2023, con varias sesiones agotadas antes de empezar el festival, algo que no pasaba desde 2019, o el incremento de la recaudación, que subió un 29% el pasado año. A nivel internacional nos vemos cada vez más valorados, con el trabajo de la red Europa Film Festivals, de la que el FICX es co-fundador junto a certámenes como los de Hamburgo, Burdeos, Ginebra, Atenas o Luxemburgo, o con el hecho de que somos el único festival español de su convocatoria que ha conseguido financiación del Programa MEDIA de Creative Europe, con una de las notas más altas de toda la Unión Europea. También hemos sido invitados de honor durante las últimas ediciones del Marché du Film de Cannes junto a certámenes como Venecia o Rotterdam, algo igualmente impensable en otros tiempos. En cuanto a la colaboración con San Sebastián, cada vez es más fluida, orgánica y satisfactoria. Nos ayuda a tener acceso a películas y presencias de excepción, como la de Antón Álvarez, conocido musicalmente como C Tangana, quien estará en el FICX para presentar La guitarra flamenca de Yerai Cortés. Y nos permite disponer de una presentación oficial de la sección durante el Festival de San Sebastián junto a José Luis Rebordinos, lo cual es un auténtico lujo. A Rebordinos, que es una de las personalidades más generosas e inteligentes dentro del panorama de festivales, le debemos también el primer contacto para el estreno mundial en Gijón de la película japonesa River Returns, una de nuestras favoritas de la edición que llega.
«La colaboración con San Sebastián cada vez es más fluida y satisfactoria, nos ayuda a tener acceso a películas y presencias de excepción como la de Antón Álvarez -C Tangana-, quien estará para presentar La guitarra flamenca de Yerai Cortés«
Puede dar la sensación de que los vecinos de Gijón quizá no llegan a ser del todo conscientes de la magnitud que ha tomado el evento que se celebra en su propia ciudad.
Bueno, las sensaciones son algo muy respetable pero también muy subjetivo (risas). El FICX es un festival municipal organizado por la empresa municipal Divertia, y que cuenta con financiación del Principado de Asturias, del Ministerio de Cultura de España y de la Unión Europea, además del apoyo de muchísimas otras instituciones y patrocinadores, como muestra el generoso faldón de logos de nuestro cartel, que con sus aportaciones ayudan a engrandecer el festival. La oficina permanente del FICX dentro de Divertia está formada por tres personas: María José Álvarez, Yolanda Eiroa y un servidor, y a ella se suma más personal y también colaboraciones externas a medida que se van acercando las fechas de cada edición. El número de proyecciones es similar al del año pasado y se moverá en torno a las 250, sin contar las extensiones fuera de Gijón. Entre las personalidades que ya han confirmado su visita a Gijón tenemos a Radu Jude, Athina Rachel Tsangari, Roberto Minervini, Mitra Farahani, Margherita Vicario, Matthias Glasner, Arnaud y Jean-Marie Larrieu, Rúnar Rúnarsson, Hernán Rosselli, Albert Serra, Pilar Palomero, Ado Arrieta, Carla Simón, Andrea Jaurrieta, Celia Rico Clavellino, Gala Hernández, Belén Funes, Sergio Oksman, Rossy de Palma, Lone Fleming, Ramón Barea, Ingrid García-Jonsson, Assumpta Serna, Julián López, Joaquín Reyes o Flipy, entre muchas otras.
En ediciones pasadas del festival le preguntamos por la relación que el FICX tiene con preservar con las historias que se narran en la gran pantalla y el funcionamiento o modelo de consumo que rige a las plataformas. FILMIN era su ejemplo de cómo “sí se puede”. ¿Cuál es el punto en el que se mantiene el festival ahora y que, también admiten, condiciona su manera de elegir las películas seleccionadas?
La convivencia entre las plataformas, las salas y los festivales de cine es algo inevitable y que particularmente creo que puede resultar, también, útil a las películas. Hay certámenes que, después de llamar a la puerta, a regañadientes en algunos casos e incluso contradiciéndose flagrantemente, de las plataformas para poder hacer uso del soporte online durante la pandemia, ahora parecen volver a actuar de espaldas a las mismas plataformas que les salvaron la papeleta en 2020. Creo que este desprecio constituía un error antes y vuelve a ser un error ahora, ya que hoy en día las plataformas son la única vía que encuentran algunas películas para tener un estreno comercial. Además, culpar a las plataformas del actual auge del cine en streaming me parece confundir la causa con la consecuencia, ya que las plataformas lo que han hecho ha sido regularizar el consumo alegal de contenidos que ya se venía produciendo a través de internet desde mucho antes. En nuestro caso, en 2017, mi primer año en la dirección del FICX, establecimos una fructífera colaboración con FILMIN que no para de darnos satisfacciones, tanto con el canal del festival durante todo el año, como con los ciclos exclusivos que programamos juntos a cada edición. Y es importante comentar que FILMIN no solo es una plataforma, sino que también distribuye cine en salas, aliándose muchas veces para ello con algunas de las distribuidoras independientes más importantes de España.
¿Cree que esas dinámicas cambiarán en algún momento?
No es fácil prever el futuro, pero salvo que la actual crisis energética termine por ponerles un forzoso coto, no parece que las plataformas como herramienta para el acceso a obras audiovisuales sean algo que vaya a desaparecer a corto o medio plazo. Lo que conviene que hagamos quienes programamos sesiones de cine en salas es buscar formas de complementarlas y humanizarlas. Esto lo estamos comprobando con nuestras proyecciones anuales. El pasado mes de abril, y en colaboración con la Sociedad Cultural Gijonesa y otras entidades, organizamos un miniciclo de cine mudo titulado Gemas Silentes que contó con presentaciones especiales. Y fue increíble comprobar cómo la gente hacía cola desde una hora antes para coger buen sitio o cómo decenas de personas se quedaban fuera de la proyección de El último de F. W. Murnau. Este éxito viene a demostrar que si se mima el programa y éste lleva asociados valores añadidos, la gente sigue muy dispuesta a reunirse ante una pantalla de cine.
En su última edición el festival celebró contar con la mayor aportación económica que el Ministerio de Cultura había realizado hasta la fecha. Este año, su inicio coincide después de conocer los datos del informe presentado en SSIFF sobre el impacto económico de los rodajes internacionales. Cada euro de impuestos perdonado a la producción extranjera devuelve nueve a la economía española. ¿Cree que Asturias en ese sentido debería haber más valentía?
El audiovisual es un sector económico que no solo genera multitud de empleo, sino que nos proporciona aquello que reclamamos para nuestro entretenimiento y para nuestra buena salud mental cuando las cosas vienen mal dadas, como se demostró durante la pandemia. Me parece importante no olvidarlo. En Asturias se está haciendo un esfuerzo notable desde entidades como la Asturias Paraíso Natural Film Commission, que lleva a cabo importantes gestiones para atraer rodajes al Principado. Obviamente, una mayor dotación de medios contribuiría a este fin y también a que los y las cineastas de Asturias, que viven unos años dorados entregando cada vez mejores largos y cortometrajes, puedan rodar sus películas aquí y plantearse levantar ficciones más ambiciosas.
«El FICX no desaparece como el Guadiana tras cada edición, hasta el punto que somos uno de los poquísimos festivales de cine que organiza actividades durante todos y cada uno de los meses del año»
Otro de los pilares de este festival, y que quizá lo haga diferente de otros grandes certámenes, es que el FICX no es solo el FICX. Su labor dura todo el año en forma de otros proyectos enraizados en Gijón y en Asturias: la Cinemateca, la muestra de cine y sostenibilidad, Semilleru… ¿Cómo diría que van esas otras líneas de acción?
Muchas gracias por el comentario, porque es algo que nos lleva mucho trabajo al tiempo que nos da muchas satisfacciones. Efectivamente, el FICX no desaparece como el Guadiana tras cada edición, hasta el punto que somos uno de los poquísimos festivales de cine que organiza actividades durante todos y cada uno de los meses del año. FICXPlus incluye una asesoría para la programación de Laboral Cinemateca que nos permite programar cine y encuentros en el Paraninfo de la Laboral, pero también ayudar a llevar películas a más de una veintena de concejos asturianos que carecen de salas de cine a través de Cinemateca Ambulante. La Muestra de Cine y Sostenibilidad ha cumplido ya cuatro años con muy buena acogida y en un entorno tan único y estupendo como el Jardín Botánico Atlántico de Gijón. Y SEMILLERU, que se puede organizar gracias a la financiación del Principado de Asturias con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de los fondos Next Generation de la Unión Europea, nos está permitiendo continuar la formación de nuevas voces del audiovisual, así como la minuciosa mentorización de proyectos en desarrollo y en postproducción. Y hay muchas más iniciativas dentro de FICXPlus, como las colaboraciones con MUSOC, POEX, Ye Yé Gijón, la FeLiX o FantasticGijón, por citar solo algunas.
Nadie mejor que el director del FICX para recomendarnos películas: para los más cinéfilos y los menos, para emocionarse, sentir tensión, concienciarse de injusticias…
Difícil recomendar algún título concreto, porque ¡todos son estupendos y a todos los queremos por igual! (risas). Destacaría en general el cine asturiano, presente a lo largo y ancho del programa y que, como decía antes, vive una edad de oro, ya que nunca se había visto tan equiparado con el resto del cine internacional dentro del FICX. Para las personas que se están iniciando en la cinefilia recomiendo las películas de Enfants Terribles, que distan mucho de ser títulos únicamente aptos para la infancia y la juventud, o participar de seguros momentazos como la proyección de Bodegón con fantasmas de Enrique Buleo, una de las comedias españolas del año en la línea de José Luis Cuerda, o el pase especial 14 aniversario de esa obra de culto que ya es Campamento Flipy. Para emocionarse recomiendo películas como Le roman de Jim de los hermanos Larrieu o Los destellos de Pilar Palomero, dos largos que nos llevaron a echar la lagrimilla a varias personas del comité de selección. Para concienciarse de injusticias hay títulos clave de la temporada como L’histoire de Souleymane de Boris Lojkine, Que se sepa de Ander Iriarte y Amaia Merino, o Todo va a salir bien de Ray Yeung. Para sentir tensión recomiendo thrillers autorales como Una ballena de Pablo Hernando, To a Land Unknown de Mahdi Fleifel o Condenados de Gustav Möller. También acercarse a las reformulaciones de los géneros clásicos de la sección Generación Mutante y, por supuesto, no perderse la impresionante Tardes de soledad de Albert Serra.