Cinco meses después de su comienzo, los trabajos de renaturalización del cauce gijonés avanzan a buen ritmo, con la mirada puesta en que estén completados a lo largo de los próximos nueve meses
Es un hecho no consumado, pero sí patente a simple vista: el Piles no es lo que era. Cinco meses después de que empezase la intervención bautizada ‘Piles Natural’, enfocada a renaturalizar el que es el principal cauce fluvial gijonés, las obras ya han dado forma a las futuras escolleras de piedra que discurrirán en las proximidades del complejo deportivo de Las Mestas. Se trata del mayor cambio estético que experimenta el río desde que, el pasado septiembre, fueron retiradas sus históricas compuertas, azudes y traviesas, que, en bloque, conformaban algunos de los puntos de acumulación de elementos contaminantes y bacterias más importantes de cuantos estaban monitorizados.
En los próximos días se procederá a situar en el área la vegetación que conformará las ‘zonas verdes’ anexas al Piles, al tiempo que continúan las labores de adecuación en el cauce del Peñafrancia. Con nueve meses de esfuerzo aún en el horizonte, la previsión ahora es que, a lo largo de la presente semana, alumnos de distintos centros educativos presentes en la ciudad se desplacen a contemplar de primera mano el avance de las labores, de modo y manera que comprendan la importancia del Piles para la idiosincrasia y el futuro de la ciudad.