Nacido en Asahikawa en 1942, estableció su residencia en la capital asturiana en 1967, y ha sido reconocido por «su amor a la ciudad»; la elección ha prosperado pese a las abstenciones del PSOE e IU, críticos con la forma de escoger a los homenajeados
Siempre resulta impactante abandonar la comodidad del hogar y emprender esa temeraria aventura que es la emigración; sobre todo, si el destino es un país lejano, tanto geográfica como culturalmente. Hace casi seis décadas, en 1967, Shu Taira aceptó ese reto, abandonando el Japón que le vio nacer veinticinco antes, y trasladándose a España; concretamente, a Oviedo. La misma urbe que este martes, rendida a su indiscutible talento como maestro de judo, ha decidido nombrarle Hijo Adoptivo de la Ciudad en reconocimiento a su «su amor a Oviedo, donde ha dejado su impronta». La suya ha sido una elección aplaudida, aunque ligeramente enturbiada por la sombra del desacuerdo político; y es que, si bien los votos favorables del PP, de Vox y de la concejala no adscrita Elena Figaredo han posibilitado el nombramiento, tanto el PSOE como Izquierda Unida (IU) han preferido abstenerse. Lo han hecho, eso sí, no por oposición a los logros del atleta nipón, sino por su desacuerdo con la falta de consenso en el proceso de selección de homenajeados.
Esa ‘impronta’ de Shu Taira antes mencionada no es, ni mucho menos, moco de pavo… El ahora cinturón rojo de noveno dan, además de maestro entrenador, árbitro nacional y profesor numerario de judo pie, de suelo y de kata dio sus primeros pasos en esta disciplina siendo niño, a instancias de su padre, el sacerdote budista Tsuson Taira, uno de los últimos supervivientes de la era Meiji que zanjó para siempre el feudalismo en Japón. Ya en suelo ovetense asumió la dirección del gimnasio Takeda, situado en la calle Monte Gamonal, y con los años y el trabajo duro se labró una sólida reputación como garante de «la constancia, el sufrimiento, el afán de mejora, la humildad, la amistad y el respeto». Ahora bien, su vida no se ha limitado al judo… En estos años, y desde que contaba nueve, Taira ha desarrollado una notable afición por la interpretación teatral, llegando a actuar sobre las tablas.
La oposición echa en falta «más consenso» en la elección de los homenajeados
En el transcurso de la sesión en la que se ha confirmado a Taira como Hijo Adoptivo, el portavoz municipal del PSOE, Carlos Fernández Llaneza, ha mostrado su «respeto al homenajeado», de quien no cuestionan «ninguno de sus valores». Sí echa de menos, en cambio, un «mayor consenso» a la hora de elevar estas propuestas. A su juicio, sería «interesante» retomar una reforma del reglamento de concesión de honores y distinciones. Por su parte, su homólogo de IU, Gaspar Llamazares, ha coincidido en afirmar que su grupo no tiene «ningún inconveniente» con los méritos del distinguido y su impronta en la ciudad pero ha cuestionado, al igual que Llaneza, el «método» de concesión. «Casi es ya una costumbre burocrática en una materia de lo más antiburocrático», ha dicho, pidiendo mayor participación para el reconocimiento de estos méritos.
En respuesta a tales críticas, el portavoz del PP, Mario Arias, ha asegurado que la propuesta de nombramiento de Hijo Adoptivo es «popular», que emana de la sociedad civil ovetense. Así mismo, ha aprovechado para «resaltar y felicitar el liderazgo» del alcalde, Alfredo Canteli, para nombrar Hijo Adoptivo a Leopoldo Alas ‘Clarín’ o a Amelia Valcárcel.