Actualmente ‘hogar’ de la comisaría de la Policía Local, pendiente de su traslado a su nueva ubicación, se abre el melón de cuáles serían sus nuevas funciones…
Esta semana vamos a hablar de otro de esos pequeños tesoros que, en forma de edificio molón, tenemos repartidos por nuestra ciudad. Se trata del edificio que en la actualidad es la sede de la Policía Local de Gijón (por poco tiempo, aunque de eso hablaremos después). Pero vayamos paso a paso. El edificio fue proyectado por José Avelino Díaz y Fernández-Omaña, arquitecto municipal de Gijón desde 1932 a 1958, de quien ya hemos hablado en anteriores ocasiones. Diseñó este edificio a mediados de la década de los años 30 que posteriormente tuvo que ser rehabilitado, tras la Guerra Civil.
Pensado como edificio público y dotacional desde su inicio, sirvió de Parque de Bomberos durante décadas y desde los años 90 del siglo pasado (tras una acertada rehabilitación) como sede de la Policía Local, que es con la actividad con la que ha llegado a nuestros días. Al igual que otros ejemplos del mismo autor presentes en la ciudad, algunos ya mencionados en anteriores artículos, el edificio que nos ocupa es una representación ideal de la estética racionalista. Un edificio funcional, sobrio y rotundo, con abundante presencia de elegantes curvas en su fachada que combinan a la perfección con elementos rectos horizontales, como ventanas y cornisas, y detalles clásicos del estilo, como los ojos de buey. Un inmueble que no pasa desapercibido ni por su forma ni por sus formas.
Es un edificio, como todos de los que hablaremos en esta sección, catalogado y protegido, en concreto amparado en la ficha del Catálogo Urbanístico gijonés con referencia IN-3-P. Esta referencia incluye en primer lugar las letras “IN” que quiere decir que se trata de un edificio de uso o fin industrial, no residencial. En segundo lugar se determina su nivel de protección, “P” que quiere decir que cuenta con una protección parcial de la instalación, no del todo el edificio. Protección que esperemos sea suficiente para lo que se le viene encima, que ahora vamos con ello.
Y es que hoy hablamos de este edificio porque, como decíamos al inicio, es actualmente la sede de la Policía Local. Pero este cuerpo de seguridad cuenta con una nueva sede, junto a la estación de trenes provisional y los nuevos juzgados, a donde trasladarán las dependencias en los próximos meses, quedando vacío este veterano edificio.
Y se abre el melón de cuáles serían sus nuevas funciones. Varios grupos políticos, como el PSOE, Foro, el PP e IU han planteado nuevos usos para este edificio. El PSOE ha hablado de diseñar un espacio para la creación, la investigación, la presentación de proyectos…en fin, un batiburrillo de cosas que pueden sonar bien, pero que quizá estén poco definidas. Foro habla de concentrar la participación ciudadana en él (tirando de una idea de IU, por cierto), mientras que su socio de gobierno, el PP, habla de un gran centro multiusos de integración cultural y en relación con la oficina de atención al inmigrante. Finalmente, IU presentaba una idea que integraba la participación ciudadana y de los distritos, junto con otras experiencias, como un foco de innovación y trabajo sobre actividades con bicicletas en Gijón.
La parte positiva de todas estas propuestas es que parece que existen ganas, por parte de los grupos municipales, de dar uso a un edificio que forma parte del patrimonio arquitectónico indispensable de la ciudad, dado que ha logrado conservar una imagen única y totalmente identificable hasta el día de hoy. La parte negativa de todo ello, de la multitud de propuestas, es que todo apunta a que las ideas, en suma, no están muy bien definidas y que no parece que haya una visión común y viable que aglutine el interés mayoritario. Y esto es importante, puesto que es un edifico que, por sus características de diseño, no es un lego que permita multitud de posibilidades, lo que quiere decir que si el gobierno de turno -el que sea, pero pensemos en el actual- decide hacer X actuación en el edificio, y dentro de tres años el gobierno que venga decide modificarlo o cambiarlo y hacer Y, el que pagará esas decisiones será el propio edificio, como ya ha pasado en otros edificios públicos gijoneses de alto valor patrimonial. Sería una excelente idea que una amplia mayoría de las fuerzas políticas de la ciudad decidieran ponerse de acuerdo en qué hacer con esta pieza del patrimonio, y cuanto antes mejor para que, cuando trasladen a la policía y cierren las puertas no quede el edificio sin fecha de apertura y con el consiguiente deterioro.
Lograr definir un futuro entre una gran mayoría para que esta joya racionalista resista otras cuantas décadas, haciendo un servicio público, sería un éxito que deberíamos poder permitirnos.
He crecido con los cambios del edificio ya cuando era también bomberos. Me da mucha pena el traslado de la policía en en barrio y no entiendo el porque no se deja como una oficina más de la policía como la de coto por ejemplo, la ciudad crece y es un punto muy céntrico. Yo creo que esta oficina donde está no sobra.