De iglesia católica a pista de skate regada con los diseños del popular artista Okuda, esta edificación, que ha pasado por varios usos, podría ahora convertirse en la próxima ‘sidrería de moda’ e incluso en una auténtica vivienda de diseño
No todos los días sale a la venta una edificación como la que este mismo miércoles se presentaba en Idealista. Se trata de toda una joya arquitectónica cargada de historia y que puede tener amplias posibilidades, según confiesa Antonio de Continental, la inmobiliaria gijonesa responsable de su traspaso. La singular construcción está ubicada en la calle Secundino Roces Riera, en el polígono de Asipo (Llanera), y destaca no solo por su imponente diseño, sino también por su trayectoria, que ha virado de iglesia católica a espacio polivalente. Ahora, esta propiedad, protegida y construida en 1910, busca un nuevo propietario por “solo” 350.000 euros.
La construcción, inicialmente concebida como iglesia, cambió de manos tras ser vendida por la institución religiosa y en la década de 2000, fue adquirida por un matrimonio dedicado a la venta de muebles de diseño italiano. Su idea era convertir el lugar en una exposición de mobiliario, pero el proyecto quedó truncado tras el fallecimiento de uno de los socios y la disolución de la empresa durante la crisis económica. Más tarde, la edificación se reinventó como un templo del skate. Bajo el nombre de Kaos Temple, se convirtió en un lugar de culto para los amantes de este deporte. El popular artista urbano Okuda San Miguel intervino sus interiores, transformándolos en una explosión de color y geometría que lo convirtió en un referente del arte urbano. Así, durante años, este espacio acogió a skaters y curiosos de todos los puntos del globo y fue escenario de visitas guiadas y actividades culturales.
Un futuro lleno de posibilidades
La propiedad, de 330 m² construidos, se asienta en una parcela urbana de 2.177 m². Está estratégicamente ubicada en el polígono industrial de Asipo y cuenta con amplias zonas de aparcamiento y excelente comunicación por autovía. Para la inmobiliaria, las posibilidades de uso son infinitas, desde volver a albergar una iglesia, por ejemplo anglicana, hasta transformarse en un negocio como una sidrería o restaurante, e incluso en una vivienda privada, adaptando el espacio al gusto de su comprador. “La construcción es espectacular, y reformándola se puede convertir en algo único”, explican. Los interesados pueden contactar con la propia inmobiliaria para conocer cualquier otra cuestión acerca de esta oportunidad.