Dos vecinos de El Polígono colocan dos pancartas en su vivienda en las que protestan por ruidos y vibraciones en el local situado justo debajo, empleado por la Asociación de Pensionistas y Jubilados Los Puertos, y demandan una solución que también desea este colectivo y que pasa «por su insonorización»
‘Nuestros hijos necesitan descansar. Promesas y mentiras. ¡Cómplices! Insonorización ya o cese de actividades ya’, junto con el logo de la Asociación de Pensionistas y Jubilados Los Puertos, y ‘Vuestro ocio… Nuestro calvario. Culpables. Insonorización ya’, con el del Ayuntamiento de Gijón, son las dos pancartas que sorprendieron esta Navidad a los vecinos de El Polígono. Todavía pueden verse en un primero del número 13 de la calle Puerto de Leitariegos, una vivienda situada justo encima del local municipal que viene utilizando la Asociación de Pensionistas y Jubilados Los Puertos desde el 2020 para desarrollar sus actividades, que van desde gimnasia a teatro, pasando por ejercicios de memoria o cafés literarios, en horario matutino y vespertino.
«Esto comienza hace 4 años, pero es hace 2 años y algo cuando empezamos a bajar a comentarles un poco que había ruido, que había problemas sobre todo de vibraciones, a la hora de arrastrar sillas y mesas; es atronador», explica Simón Alonso a este diario. Una actividad celebrada en diciembre supuso un punto de inflexión en sus protestas, centradas hasta el momento en reclamaciones al Ayuntamiento y la solicitud de encuentros con concejales que no llegan —«sólo enviaron una vez unos inspectores municipales, cerca de esta pasada Semana Santa, que hicieron un informe en el que dicen que el local no tiene licencia para realizar los que allí se realiza»— para hacer pública su situación al través de las pancartas.
«Tenían allí un coro y bajé con la cría en brazos. Les dije que por favor a ver si podían bajar el volumen que estaba intentando dormirla y una señora que estaba ahí, que no sé si tiene algo que ver con la asociación o no, salió a hablar conmigo y me dijo que tenía que ir a hablar con el Ayuntamiento, a lo que respondí que ya había ido mil veces, para después decirme que vaya casualidad que tenía que dormir ahora a la cría. Al parecerme una falta de respeto bastante grave y como parece que a ellos les da igual lo que nos pase a nosotros, decidí poner las pancartas», relata Alonso.
Unas pancartas que no sentaron bien a Los Puertos. Su presidente, Crisanto Herrero, apunta que la actividad a la que se refiere Alonso tuvo lugar el día 19 y consistió en una visita por sorpresa de escolares del Colegio Público Laviada durante la clase de memoria «con 300 y pico felicitaciones de Navidad para los mayores, que están ahí expuestas para que lean las expresiones sobre lo que los niños piensan o sienten sobre los mayores. Cuando terminaron dijeron que tenían ensayados unos villancicos para cantárselos. No sabíamos que iban a hacernos ese agasajo de felicitación y felicidad para nosotros».
«Lo mío es que el vecino no tenga problemas, pero una cosa es tener problemas y otra cosa embestir de esta manera como ha embestido, como si fuéramos unos despreciables aquí, armando escándalos todos los días cuando esto no es así», lamenta Herrero, que confirma que «el Ayuntamiento me ha dicho que no me preocupe, que están sobre ello, pensando y estudiando la manera de insonorizarlo» y asegura que desde el colectivo se pusieron medidas como el traslado de la actividades del coro a la residencia Clara Ferrer o la colocacion de almohadillas a los pies de las sillas.
Coincidencia en la búsqueda de una solución
La voluntad, por la dos partes, es llegar a una solución que, coinciden, pasa por esa insonorización del local. «No tenemos nada contra los usuarios de Los Puertos, todos tenemos gente mayor en casa y tienen que tener su espacio», afirma Alonso, a lo que su pareja Raquel Mesa añade que «esto no pasa por crear una guerra, en ver quién es el bueno y quién es el malo; el que tiene la solución en su mano es el propio Ayuntamiento». «La insonorización es lo que pedimos y consideramos que sería lo adecuado, es lo que se le solicitaría a una entidad privada para poder continuar con su actividad. Y si no, en su defecto, una reubicación en el barrio. En 100 metros a la redonda hay tres o cuatro locales que podrían estar habilitados», completa.
Desde la asociación vecinal de El Polígono apuntan como una de las posibles acciones a estudiar la colocación «de mantas de aislamiento» sobre el falso techo «que amortiguan un poco los sonidos que van hacia arriba». «No lo sé porque no soy experto», valora Alonso al respecto, «pero yo creo que aquí hace falta una buena insonorización, sobre todo en el aspecto de las vibraciones».
Herrero, por su parte, espera que llegue pronto esa insonorización, «no por eso va a desaparecer una asociación de mayores que no está dando guerra». Un colectivo fundado en 1997 que cuenta con unos 200 usuarios en la actualidad, «aunque no todos van a las actividades», y que vio pasar por sus instalaciones a más de 1.400 personas en este tiempo. «Son gente de 90 años que no tienen adonde ir, que es el problema principal del mayor. Y si encima les cerramos las asociaciones para que vayan a hacer ejercicios y que se mantengan en relación unos con otros…», expresa el presidente de Los Puertos, que añade que «esto no la llamamos asociación, lo llamamos familia, porque buscamos la manera de que todos se sientan en su casa».