La de la vivienda se perfila como una de las cuestiones capitales en las conversaciones, concebidas como un banco de ideas del que saldrá la agenda de la formación para 2025; desde el PP asturiano confían en que todos los invitados vean la región como «un segundo hogar del que disfrutar y enamorarse»
El Partido Popular (PP) está en Asturias. Sí, cierto, casi desde el mismo momento de su fundación lo ha estado, en mayor o menor medida. Figuras históricas como Isidro Fernández Rozada, Sergio Marqués u Ovidio Sánchez son la prueba de ello. Pero, en esta ocasión, es el PP al completo el que se haya en la región. Todos sus cuadros. Sus ‘barones’, desde el asturiano Álvaro Queipo hasta la madrileña Isabel Díaz Ayuso, y su presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, que han seleccionado el Principado y, más concretamente, el Hotel de Luces, en la localidad de Colunga, para enclaustrarse este fin de semana y trazar conjuntamente la hoja de ruta de la que saldrán las políticas de la formación para el año recién iniciado. Una cumbre de vasto alcance que dio comienzo ayer viernes, con la recepción de los líderes populares en la sede territorial del partido, y que se prolongará hasta mañana domingo con una cuestión concreta como principal caballo de batalla: la problemática de la vivienda que afecta a la totalidad del país.
El mismo Canga ejerció ayer como una suerte de maestro de ceremonias para recibir a Feijóo y a sus homólogos del PP, un momento que tanto él como la agrupación asturiana no dudaron en visibilizar en sus respectivas redes sociales. Así, el que fuese sucesor de Diego Canga al frente del partido en la región trasladó su deseo de que, más allá del resultado de los encuentros de trabajo, que se realizarán a puerta cerrada, los invitados vean en Asturias «un segundo hogar del que disfrutar y enamorarse». Los mensajes de Canga y del PP asturiano llegaban pocas horas después de que, mediada la jornada, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, recién llegada al Principado, recordase al presidente autonómico, Adrián Barbón, que «aún está a tiempo de sumarse a la bajada de impuestos y a la eliminación del gravamen sobre sucesiones». Gamarra también animó a llevar a buen puerto la gratuidad de la red de ‘escuelinas’ 0-3, medida que, de justicia es recordarlo, figura en el programa de acciones del Gobierno de Barbón para esta legislatura.
No obstante, como ya se ha dicho, será el de la vivienda el asunto que focalizará la atención de Feijóo y sus ‘barones’. Las conclusiones de las mesas de trabajo celebradas en Colunga se darán a conocer mañana domingo, en un acto público que tendrá por escenario el Hotel Reconquista de Oviedo. No obstante, los populares sí han adelantado que centrarán los disparos sobre cuatro dianas: la presentación de una Ley de Desarrollo Urbano y Vivienda que sirva de alternativa a la Ley del Suelo planteada y, después, retirada por el Ejecutivo del PSOE; la reforma de la Ley del Suelo, de modo que se incentive la construcción y se agilicen los procesos burocráticos; la definición medidas para facilitar el acceso a la vivienda, especialmente a los jóvenes, y la solicitud del desbloqueo de la Ley Antiokupación, aprobada por mayoría en el Senado, aunque frenada en el Congreso. De hecho, Gamarra fue especialmente visceral al referirse a ese último frente, recalcando que, según el PP, «al okupa no se le protege; se le tiene que desalojar».
En última instancia, la pretensión de los populares con este encuentro a varias bandas es dar forma a actuaciones futuras de, de algún modo, seduzca a la masa de votantes que, entienden en el partido, ha quedado descontenta con la gestión del Ejecutivo nacional, especialmente en materia de vivienda. «Votaron a Pedro Sánchez hace seis años para que arreglara este problema, pero el problema sigue y se ha agravado», afirmaban ayer fuentes del PP, que ven como un ejemplo del «absurdo» que «una empresa que opere en Castilla y León tenga que empezar de cero las gestiones para abrir en otra comunidad». Así, el objetivo general es que esta reunión de trabajo en Colunga, definida en la formación como una especie de «think tank colectivo», sirva para «compartir experiencias de éxito», y resulte, concluyen, más útil que la «improductiva» Conferencia de Presidentes de Santander que convocó Pedro Sánchez en diciembre, con «cero acuerdos y cero diálogo».