Los vecinos ignoran o tienen poca información sobre la iniciativa que va a restringir el acceso de vehículos al barrio para mejorar la calidad del aire. Del “es un cuento, porque lo que contamina es la industria”, al “va a reducir mucho los problemas que tenemos de asma y de tos”
En la tarde del martes se reunía el Consejo Sectorial de Movilidad Sostenible con el objetivo de empezar a tratar el borrador de la ordenanza que presenta el Ayuntamiento para sustituir la ‘Ordenanza Municipal de Circulación y Transporte’ del 2002, vigente después de la anulación en 2023 de la del 2021. Este documento que se pretende aprobar este mismo año fijará también la regulación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de La Calzada, con la previsión de que en 2026 se ponga en marcha con carácter informativo el registro de vehículos que pueda acceder a la misma, en 2027 se prosiga con ello de manera individualizada y en 2028 se empiece a multar siempre que, como afirma el edil Pelayo Barcia, exista una alternativa al tránsito pesado por Príncipe de Asturias. Un proceso que, por contra, es desconocido por gran parte de los vecinos consultados en la vía pública por miGijón, que coinciden en el importante problema que supone la contaminación para el barrio.
“Yo lo que conozco sobre la ZBE es que es un cuento, porque lo que contamina es la industria y quieren hacer un disfraz, que son los coches. Contaminan los coches, pero la gran contaminación viene de la industrial y en eso no hay multa, no hay nada”, considera Nicolás Andersen. “¿De qué nos sirve hacer el paripé acá si yo todos los días abro la ventana y veo polvo negro?”, apunta este vecino de 72 años, conductor de un vehículo familiar con distintivo, por lo que no estaría perjudicado.
También conduce Fernando Mallada, de 48 años, que asegura que sí estaría afectado “tanto por el coche como por la moto” al conocer los detalles de una ZBE que ignoraba. “Me parece excesivo. Que dejen a La Calzada vivir”, añade al tiempo que defiende la importancia para el empleo de ArcelorMittal: “Medio barrio de La Calzada trabajó allí, mi padre trabajó allí, yo trabajé allí en una subcontrata y mi hermano, también”.
Celebra su implantación Gerardo Vallina que tampoco tenía constancia de la misma. “Me parece estupendo porque va a reducir todos estos problemas que tenemos de asma y de tos. Hay polución por todos los lados”, asegura este vecino de 53 años, también conductor, aunque sin vehículo, dando prioridad al uso del tren. “Es la industria la que más contamina, pero los coches también contaminan”, finaliza al tiempo que demanda “un poco más de información para que sepamos los ciudadanos de que se trata lo que van a hacer”.
“Primero que quiten lo que cae de las chimeneas”
En la Jamonería L’Arbeyal, negocio situado en la avenida Argentina, nos reciben Antonio Martínez y Verónica Martínez. “Las empresas prefieren pagar la multa a que se les pongan filtros, como es debido; pagar la multa y seguimos funcionando igual. Y como con los grandes no se puede meter nadie y van desafiando a la gente con perder el puesto de trabajo si protestan mucho, estamos así”, valora el primero, que, con respecto a la implantación de la ZBE apunta que “eso es una mínima parte para lo que ellos están contaminando. Lo que quieren es fastidiar al ciudadano de a pie para que los grandes sigan funcionando y aquí no pasa nada. Yo lo veo una tontería, una tontería grande”.
“Primero que quiten lo que tienen que quitar, que es todo lo que cae de esas chimeneas y toda la contaminación que hay. Porque que hagan lo de bajas emisiones y restrinjan a 2.000 o 3.000 vehículos al mes, no va a mejorar nada”, sigue Antonio, que, no obstante, no cree que su implantación vaya a perjudicar el negocio, aunque Verónica apunta que “sí es un incordio para la gente, que tiene que registrar sus vehículos para acceder. No facilitan nunca las cosas, al revés”. A la pregunta de si la ZBE es un tema de debate en la tienda responden que no y señalan que detectan falta de información al respecto.
Mario Vidal, de 23 años, no vive en el perímetro que conforma la ZBE (Príncipe de Asturias, José Manuel Palacio, Agustín Argüelles, Orestes Menéndez, carretera de Avilés, Calle del Campón, avenida de El Cerilleru, avenida de El Lauredal y Ruiz), pero sí en un barrio limítrofe y sufre también las consecuencias de la contaminación. “No oí casi nada hablar de ello, pero si no molesta mucho y tampoco restringe la circulación, no me parece una mala propuesta el bajar las emisiones”, declara, aunque puntualiza que “hasta cierto punto, porque si al final te va a complicar mucho la vida y va a resultar una molestia para el conductor… No sólo por gente de Gijón, que puede ser más viable, sino para alguien de fuera que venga por ejemplo de Madrid y no esté puesta en el tema”.
Muy preocupada por la contaminación se muestra Alicia Bernardo. “Tenemos una terraza y de verdad que hay días que eso es tremendo, tremendo. Hay un polvo negrillo, grasiento, que cuesta trabajo quitarlo. Y a mi madre cuando hay contaminación no la sacamos a la calle porque es mayorina y tiene problemas, entonces me encantaría que hicieran algo, pero yo veo que esto cada vez se retrasa todo más y nos desanimamos un poco”, relata recién cumplidos los 68 años esta vecina que reconoce que “es una faena para la gente que tiene coches antiguos, no sé si a los residentes se les podría hacer algo que ellos pudieran seguir circulando con sus vehículos al ser residentes de aquí de muchos años, pero por lo menos vería bien que la gente de fuera no entrara para tener menos contaminación”.
Señala también a las grandes empresas Rafael Busto. “Si empiezas a afrontar los problemas por las cosas pequeñas y no por las grandes, poco vamos a solucionar”, lamenta este vecino de Jove y comerciante en La Calzada. “Van a ser más problemas para los vecinos, porque la contaminación va a estar ahí y poco creo que se va a poder arreglar con esas medidas”, que cree que sí podría afectar a su negocio al tener como clientes a “mucha gente de Carreño y de otros pueblos, y esa gente, claro, no tiene coches con etiqueta en muchos casos. Lo encuentro absurdo, porque mientras no echemos mano a los grandes problemas que son las empresas como Aceralia, que son los que más contaminan, lo demás es perder el tiempo, tirar dinero y poner trabas a la gente”.