Las queserías Ca Sanchu, La Borbolla, Temia y Tierra de Tineo se alzan con los galardones a los mejores productos, y la sidrería gijonesa La Montera Picona de Ramón se hace con la subasta por 3.000 euros, destinados a los damnificados por la DANA
Hay acontecimientos que dejan un buen sabor de boca… En más de un sentido. Algunos de ellos, en ocasiones, inesperados. Pensemos por ejemplo, en el XLIII Certamen del Quesu Afuega’l Pitu con Denominación de Origen Protegida (DOP), celebrado este pasado domingo en La Foz de Morcín. A primera vista, y dado el producto protagonista, podría pensarse que ese dulce regusto se limitó a los paladares. Sin embargo, fue mucho más allá. Una mezcla de ternura con la herencia y la tradición de décadas, de afán solidario para quienes todo lo han perdido, de fraternidad gastronómica y, sí, también de sabor único marcaron el desarrollo del multitudinario acontecimiento, que tuvo en el cantautor mierense Víctor Manuel a su pregonero de lujo, y que dejó tras de sí momentos para el recuerdo. Entre ellos, la selección de los mejores quesos en sus distintas categorías, galardones que ostentarán hasta, al menos, la edición del año que viene.
Fue la quesería Ca Sanchu la que se llevó los laureles en la categoría Trapu Roxu, superando a sus rivales El Viso y La Borbolla. No obstante, una alegría especial aguardaba a esa última; sus creaciones se coronaron vencedoras en la categoría Trapu Blancu, en la que Ca Sanchu quedó segunda, y Tierra de Tineo, tercera. De nuevo hubo una inversión de papeles cuando tocó otorgar los premios Atroncáu Blancu, con Tierra de Tieno como quesería ganadora, seguida de Rebollín y La Arquera. Por último, en la categoría Atroncáu Roxu la gloria fue para los quesos de Temia; en ese caso Tierra de Tineo hubo de conformarse con un muy meritorio segundo puesto, y Ca Sanchu, con el tercero. Ahora bien, la concesión de galardones no concluyó ahí… La Sidrería Tierra Astur ubicada en El Vasco fue reconocida como vencedora en lo concerniente a platos elaborados con Afuega’l Pitu, seguida a corta distancia por Nuberu Gascona y, un poco más atrás, por L’Angleiru.
Más allá de los honores, premios y medallas, otro de los grandes instantes que regaló el certamen fue la subasta de quesos. El total fue adquirido por la conocida sidrería gijonesa La Montera Picona de Ramón, que abonó nada menos que 3.000 euros por el lote; un montante que, eso sí, se destinará íntegramente a asistir a los damnificados por los destrozos causados por la DANA en el Levante español. El deporte tuvo igualmente su parte de protagonismo, con más de 450 corredores sumándose al trail organizado para la ocasión. Tampoco faltaron momentos de ternura y emoción; en particular, el reconocimiento colectivo hecho a las matriarcas queseras y, a la sazón, hermanas Minina y Mari Luz Martínez, veteranas como pocas en el oficio. Y todavía hubo un instante final monopolizado por la gloria: Isaura Souza Ordiales, de Quesu Ovin, recibió la designación de Quesera Mayor.
Finalmente, con los acordes de ‘Asturias’, de Víctor Manuel, resonando en la carpa principal, y las decenas de asistentes entregados al placer de la comida, de la bebida y del baile fraternal, llegó el momento de despedirse del certamen… Aunque sólo hasta dentro de unos pocos meses.