Además, el centro recibirá próximamente dos tortugas bobas provenientes de Francia

El Bioparc Acuario de Gijón continúa siendo un referente en conservación marina, educación ambiental e investigación. Este año, además, presenta importantes novedades. Alejandro Beneit, gerente del centro, y Susana Acle, responsable de investigación y elegida por segunda vez entre las 50 personas más influyentes del sector, comparten con miGijón algunos de los logros recientes y proyectos futuros que posicionan al acuario como un centro de excelencia y compromiso con la biodiversidad. Estos días, en la feria de turismo FITUR, la institución se hizo con el segundo premio al servicio más competitivo a nivel nacional dentro del programa SICTED, un sello de calidad que destaca el esfuerzo continuo por mantener altos estándares en la experiencia de los visitantes.
El equipo del Acuario se prepara este invierno para recibir dos tortugas bobas provenientes de Marineland, un parque francés en proceso de cierre. «Estas tortugas, de entre 10 y 15 años y casi 100 kilos, encontrarán un nuevo hogar en nuestras instalaciones, adaptadas para su bienestar», destaca Beneit. Además, a partir de marzo el acuario albergará una exposición sobre animales venenosos. «Tendremos más de 18 terrarios con especies como viudas negras, chinches asesinas y alguna de las serpientes más venenosas de Europa. Será una experiencia única que combinará educación y emoción», explica el gerente. La exposición estará disponible hasta diciembre, marcando uno de los eventos más esperados del año.
Sobre el Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAMA), Susana Acle destaca el trabajo continuo en la rehabilitación de tortugas marinas y el monitoreo de especies del Cantábrico. «Trabajamos con la Universidad de Oviedo para crear un mapa genético de las tortugas que llegan a nuestras costas, muchas de ellas afectadas por plásticos y contaminación. Esto nos ayuda a entender el estado del océano y su biodiversidad», afirma.
El Acuario también colabora en proyectos como Shark and Ray Maps, que busca conservar tiburones y rayas. «Utilizamos ADN ambiental extraído de nuestros tanques para contribuir al estudio genético de estas especies. Además, llevamos este conocimiento a las escuelas, donde los niños pueden observar el desarrollo de tiburones a partir de huevos, promoviendo el interés por la conservación marina», añade. El ajolote, una de las especies más populares del acuario, también es objeto de estudio. «Estamos trabajando en un proyecto de reproducción en colaboración con la Universidad de Oviedo. Recogemos huevos y analizamos su desarrollo en nuestra zona de cuarentena», explicó Acle. Este proyecto resalta la combinación de investigación y divulgación que define al Bioparc Acuario.
El restaurante Kraken, ubicado en el centro, alcanzó el año pasado récords de facturación, consolidándose como un espacio ideal para eventos y gastronomía de calidad. El Acuario también continúa exportando su exitoso contenido audiovisual a otros centros como los Bioparcs de Valencia y Fuengirola: “Tras La Última Frontera, estamos trabajando en otra película inmersiva, que va a transmitir la experiencia más realista posible”.
Finalmente y respecto al proyecto de Naval Azul, que cambiará el entorno del centro para siempre, Alejandro Beneit cree “que el Ayuntamiento ha mostrado valentía en la compra de los terrenos”. Considera que «era necesario, que ya era el momento de hacerlo en la ciudad». Celebra que el Acuario va a dejar de estar ubicado en “un fondo de saco” para estar en medio de «un pasillo que une a la ciudad».