El Partido Animalista con el Medio Ambiente (PACMA) condena la intervención de la presidenta de la Comunidad de Madrid por fomentar «una visión retrógrada y peligrosa que pone en riesgo los esfuerzos de décadas para proteger al lobo ibérico»
Fue el jueves, en la presentación del nuevo Premio Nacional de la Tauromaquia, galardón suprimido por el Ministerio de Cultura el año pasado y recuperado por el Senado, donde el PP ostenta la mayoría absoluta, la Fundación Toro de Lidia y las autonomías de Madrid, Murcia, Comunitat Valenciana, Aragón, Castilla y León, y Extremadura, todas gobernadas por los populares, además de la socialista Castilla-La Mancha, cuando la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso defendió el control de las poblaciones de lobos. «Quiero aprovechar para mandar un mensaje a todos aquellos que están sufriendo el ataque del lobo y decirles que cada pérdida de unos de los animales, todo esto que sufren los ganaderos, los sentimos como propio y por eso vamos a seguir trabajando con ellos para proteger los que más quieren», expresó desde el escenario de la Real Casa de Correos.
Anunció a continuación que «vamos a pedir al Gobierno que les escuche, y que nos escuche, porque sólo controlando esta población, en equilibrio, podremos conservarla sin arruinar a familias enteras, a personas de bien, que van a acabar abandonando el mundo rural, y esto es una gran pérdida para todos». «Las palabras de Ayuso fomentan una visión retrógrada y peligrosa que pone en riesgo los esfuerzos de décadas para proteger al lobo ibérico. Es inaudito que una representante pública vierta mensajes que incitan al exterminio de una especie protegida que se encuentra al límite, ignorando su valor ecológico y cultural y dando coba a los intereses del sector privado», respondió hoy el presidente nacional de PACMA, Javier Luna, que considera que «demuestran una alarmante ignorancia» sobre la importancia ecológica de este mamífero y «representan una incitación al odio» hacia la especie.
Entienden los animalistas que el lobo no ataca por placer ni por capricho, sino porque su territorio natural está siendo destruido y sus recursos alimenticios eliminados por la actividad humana. «En lugar de culpar a esta especie de los problemas del sector ganadero, es imprescindible abordar las verdaderas causas de estos conflictos y fomentar soluciones basadas en la convivencia, comprobando la veracidad e incidencia de esos supuestos ataques», remarca Luna.
De igual forma, opina que los ganaderos «deben asumir los riesgos inherentes a sus actividades económicas y no colgarse del erario público», porque «responsabilizar al lobo de las dificultades del sector es una simplificación que no aborda las verdaderas causas de los problemas rurales. Permitir la caza indiscriminada del lobo no solo es éticamente reprochable, sino que podría conducir a su extinción total en la Península Ibérica, con consecuencias ecológicas irreversibles», finaliza el presidente de PACMA.