Francesc Miralles ofrece una visión personal y reflexiva sobre su carrera y el mundo editorial, entrelazando anécdotas de su vida, reflexiones sobre creatividad y un retiro espiritual

En Escrito en la Tierra, Francesc Miralles ofrece una visión personal y reflexiva sobre su carrera y el mundo editorial, entrelazando anécdotas de su vida, reflexiones sobre creatividad y un retiro espiritual. Dirigido a escritores y aquellos interesados en la industria literaria, la obra se divide en tres partes: biográfica, de reflexión creativa y sobre el mundo de los bestsellers. A lo largo de la entrevista, revela su fascinación por la autoficción, su temor a ciertos géneros como la novela histórica y su exploración del sufrimiento como fuente de creatividad. También comparte su emoción por un próximo proyecto con Alex Rovira y reflexiona sobre la fama y la escritura como forma de renacimiento personal. Ayer presentó su libro en el Toma 3, en Gijón, y hoy lo hace en la ovetense librería Matadero Uno.
En ‘Escrito en la Tierra’ nos ofrece un cóctel de su biografía, reflexiones y hasta un retiro espiritual. ¿Qué pretende transmitir con este enfoque?
Este libro está dirigido principalmente a personas creativas, como escritores, editores o agentes literarios, o aquellos interesados en el proceso detrás de los bestsellers y las ferias del libro. Se divide en tres partes: biográfica, de reflexión sobre la creatividad y la industria editorial. Mi carrera abarca desde el desarrollo personal y la ayuda a nuevos autores hasta la industria de los libros, un tema que exploro profundamente, destacando la importancia de los talentos emergentes en la literatura.
¿Hay algún género que aún no se atreve a explorar?
Me da miedo escribir novela histórica debido a los posibles errores en la representación de épocas pasadas. Tampoco me atrae la novela romántica erótica actual. Prefiero géneros con aventura, misterio o inspiración, y me siento más cómodo en el ensayo o la no ficción, donde puedo divulgar temas actuales de manera accesible y sencilla.
¿Tiene algún proyecto entre manos?
Estoy trabajando en un nuevo libro con Alex Rovira, que publicaremos en septiembre. Es un ensayo de desarrollo personal, el primer trabajo juntos en este campo tras varios años. También hemos colaborado en libros infantiles recientemente. El proyecto es algo que nos emociona mucho y será presentado en mayo.
¿En qué momento se dio cuenta de que el sufrimiento podía ser material para escribir?
El sufrimiento es una fuente poderosa de creatividad. Desde joven, al aprender piano, mi maestro me enseñó que las emociones extremas, ya sea felicidad o tristeza, pueden generar música profunda. La depresión o crisis son momentos fértiles para la creatividad, y cualquier dolor puede transformarse en arte si se tiene un canal artístico abierto, sea la música, la escritura o las artes visuales.
¿Cómo lleva la fama que ha alcanzado?
La fama de los escritores es muy relativa. A diferencia de los futbolistas o influencers, los escritores rara vez son reconocidos en la calle. A lo largo de mi carrera, aunque disfrutaba de escribir en anonimato, eventualmente los editores me sugirieron salir a la luz. La fama se traduce en recibir correos electrónicos de lectores buscando consejos, algo que me complace especialmente si son jóvenes.
Escribir sobre su vida es un acto de valentía, ¿cuánto de ese proceso es consciente?
Aunque algunos escritores prefieren disfrazar su vida a través de personajes ficticios, a mí me atrae la autoficción. Al leer biografías y memorias, me di cuenta de que compartir mi experiencia personal, especialmente sobre la industria editorial, podría ser valioso. Aunque mi vida no sea tan extraordinaria como la de otros, creo que hay aspectos que pueden ser interesantes y útiles para los demás.
¿Hay algo que jamás contaría?
Todos tenemos aspectos de nuestra vida que consideramos privados o secretos. Aunque comparto muchas experiencias, hay pensamientos o proyectos personales que prefiero mantener en privado, ya que forman parte de mi mundo interior y no siento la necesidad de compartirlos.
‘Los lobos cambian el río’ refleja sus primeros años con frescura, mientras que ‘Escrito en la Tierra’ muestra una mirada más madura y quizás algo desencantada. ¿Cómo ve esta evolución en su escritura?
Como lector de biografías, me entusiasman los inicios: cómo Isaac Asimov envía sus primeros cuentos, cómo vende su primer libro, cómo encuentra a su pareja. Esas etapas iniciales me fascinan. En mi propia vida, encuentro más interesante, aunque era una época deprimente, mis inicios intentando escribir sobre el amor, la psicología y la espiritualidad, que la historia de un hombre que trabaja sin cesar. Por eso, Los lobos cambian el río tiene un tono más melancólico e idealista, con muchos viajes, mientras que Escrito en la Tierra es más alegre y centrado en la profesión, en la carrera y en los bestsellers.
Habla de «resurgir de las cenizas», pero ¿se ha sentido alguna vez un ave fénix en su propia vida o prefiere asumir que no todo renace, sino que lo importante es simplemente sobrevivir con un buen puñado de historias que contar?
Aunque no seas escritor, cualquier persona en cualquier oficio tendrá caídas y resurgimientos. La adolescencia es una crisis universal: salir del mundo infantil, donde todo es perfecto, y entrar en el mundo adulto, que puede ser desalentador. Todos enfrentamos separaciones sentimentales, ruinas económicas, enfermedades o cambios de ciudad. Cada vez debemos resurgir, dejando atrás algunas cosas y cultivando otras. Si alguien es apasionado de la escritura, seguirá escribiendo en todas esas montañas rusas.
El budismo y la psicología son sus compañeros de viaje.
El budismo forma parte de la psicología. Buda fue el primer psicólogo de la historia. Sus aforismos nunca hablan del karma entre vidas, hijos o reencarnaciones. Hablan de cómo funciona la mente humana: el deseo, el sufrimiento, el apego. Por eso, para mí, Buda fue el primer estudioso de la psicología humana. Me interesan mucho todos los preceptos del budismo y la psicología moderna.
¿A veces no siente que ambos le ofrecen soluciones demasiado tranquilas cuando en realidad está buscando un buen caos creativo para escribir su próximo best seller?
Hay psicólogos y psiquiatras que están bastante locos también, si ves las vidas que llevan. Una cosa es dar consejos o dar una visión de lo que es la salud y otra es tenerla. Es verdad que la gente creativa de cualquier entorno, en algún momento de su vida, se va a interesar por el budismo, por otras religiones, por cómo funciona su propia mente. Hay quien lo hace a través de psicodélicos, otros a través de lecturas o de la expresión artística. Las personas en movimiento siempre están explorando y llegarán a estos temas en algún momento.
El retiro budista que describe en ‘Escrito en la Tierra’ parece ser una experiencia estrambótica. ¿Tiene ese caos más sentido que la serenidad zen que esperaba encontrar allí?
De hecho, el cuaderno original tenía como 140 páginas, cuando yo nunca había escrito ningún libro todavía. En ese cuaderno explico mi intento de introducirme en la meditación a través de un retiro en Las Alpujarras, en Granada. Creo que el subtítulo podría ser «Todo lo que no has de hacer si buscas la iluminación». Hice todo lo que no convenía en todo eso. Es como un diario de viaje, con partes divertidas de un explorador que no está preparado para lo que quiere comprender.