«Por lo menos lleva más de 10 días con las pintadas más recientes, pero otras ya son del año pasado», dice Joaquín Caamaño, arquitecto de interiores y fotógrafo. El ‘Elogio del Horizonte‘, uno de los símbolos de la ciudad, seguía en la tarde de ayer lleno de pintadas que ensuciaban su superficie y desprendían una imagen de abandono.
La obra espera como agua de mayo la ejecución definitiva, coordinada por la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, de un plan de limpieza que no deteriore la superficie. Se sigue el diagnóstico realizado por el estudio de conservación de obras de hormigón InnovaConcrete, de financiación europea. Este proyecto ha sido retrasado por la pandemia y, sobre el papel, tiene 2021 como fecha límite.
La complejidad en su aseo ha definido al monumento desde el principio. El deterioro no solo ha sido provocado por el vandalismo, sino también por su propia ubicación, una zona con un alto nivel de salinidad.