Desde que era un niño y cursaba sus estudios en el colegio público Noega a Raúl Entrerríos ya se le podía ver con un balón en la mano. Fue allí donde comenzó su pasión por un deporte, que entonces no imaginaba le llevaría a lo más alto. El actual jugador del F.C. Barcelona y de la selección española comenzó su carrera en Gijón, la ciudad que le vio nacer y a la que siempre regresa porque «significa volver a casa». Reconoce que le encanta perderse por sus calles «para empaparme de su ambiente junto a mi familia», y pasear especialmente por la zona de la iglesia de San Pedro, el Ayuntamiento o Fomento, de donde guarda algunos de sus mejores recuerdos.
Lo que más le gusta a Entrerríos de Gijón
Debido a su profesión como jugador de balonmano, Raúl Entrerríos lleva años lejos de Gijón, tierra de la que sigue sintiéndose «muy orgulloso». Por ello, valora cada vez más el tiempo que puede pasar aquí, en su ciudad natal.
Elegir un rincón especial es casi imposible para él, pero si hay una zona a la que acude irremediablemente siempre que vuelve es a la iglesia de San Pedro y a sus alrededores. Su juventud está ligada en muchos momentos a esta parte de la ciudad, que ha sido protagonista también de algunos de los instantes más importantes de su vida. «Me casé junto a mi mujer, también gijonesa, en la iglesia de San Pedro, y mi dos hijos se bautizaron allí». Siempre ha sido para él un lugar en el que reunirse con familiares y amigos.
Recorrer esta parte de la ciudad le sirve a Entrerríos para «recordar mis orígenes y y comprobar de nuevo lo especial que es nuestra tierra». Además, asegura que «disfrutar de las vistas únicas de San Lorenzo y volver a ver el Cantábrico te hace reconectar rápidamente con todo ello».
Los inicios de Entrerríos en el balonmano en Gijón
El deporte siempre ha estado muy presente en la familia Entrerríos. Su hermano Alberto también jugaba al balonmano, su hermana jugó al voleibol y su padre practicó el fútbol. Así, no es de extrañar que desde pequeño él también quisiera probar.
Ya en el colegio se apuntó a balonmano, y desde un principio le gustó. «Poco a poco, me fui enganchando a los partidos televisados y a todo lo que lo rodeaba», cuenta.
Su talento pronto se hizo ver. Comenzó su trayectoria en las categorías base del Grupo Astur Balonmano y no tardó en fichar por el Gijón Balonmano que militaba en división de honor B, donde se proclamaría campeón de España en categoría Junior.
De aquellos años guarda tan solo buenos recuerdos. » Fueron etapas de mucha diversión y crecimiento personal. Un grupo de amigos unidos por la misma pasión y viviendo muchos momentos únicos alrededor de este deporte». Además, los últimos años en el Gijón balonmano nos hicieron ver a muchos de nosotros la posibilidad de iniciar una carrera en el balonmano. La suya fue imparable.
Los sueños cumplidos de Raúl Entrerríos con el balonmano
Aquel niño de Gijón que jugaba en el colegio al balonmano llegó a lo más alto. Hace 11 años que milita en el F.C. Barcelona, «un privilegio que me ha dado la posibilidad de competir al máximo nivel y conseguir todos los objetivos posibles».
Además, en 2003 debutó con el equipo nacional absoluto, y es muy consciente de lo que eso significa. «Cualquier jugador sueña con debutar con la camiseta de su país y participar en todas sus competiciones». Por ello, a pesar de su larga trayectoria con la selección española, sigue viviendo esta experiencia «con la misma ilusión que el primer día».
Más allá de los títulos, que le han hecho cumplir sueños y objetivos, piensa que el hecho de participar en unos JJOO «es lo máximo para cualquier deportista». Asistir a sus primeros Juegos Olímpicos en Pekín, donde lograron además una medalla de bronce, fue una experiencia única, «algo muy especial que recompensa todo el trabajo hecho hasta entonces».
Aún le quedan muchos partidos con la camiseta puesta. Pero cuando no sea así seguirá vinculado con el deporte que se lo ha dado todo. Pasará a formar parte de la estructura técnica de la sección de balonmano en el F.C.Barcelona y seguirá con el campus de verano que realiza en Gijón cada verano.
Este campamento que fomenta el deporte y sus valores, y que cuenta con la participación de niños y niñas de toda España, es uno de sus grandes proyectos y también una excusa más para regresar a casa. Por responsabilidad ante la pandemia, estas han sido las primeras navidades que no ha pasado en Gijón, lo que «no hace más que aumentar las ganas de volver». Sabe que seguirá haciéndolo siempre que puede porque «Gijón siempre es especial».
Hi there to all, how is everything, I think every one is getting more from this website, and your views are good for new viewers.