Mientras Lastra ha denunciado públicamente una campaña de odio en su contra y ha ampliado una denuncia ante la Guardia Civil, Queipo ha criticado duramente sus palabras, calificándolas de «cortina de humo»

La polémica en torno a las obras de rehabilitación del puente de Ribadesella ha derivado en un cruce de declaraciones entre la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, y el presidente del Partido Popular en la región, Álvaro Queipo. Mientras Lastra ha denunciado públicamente una campaña de odio en su contra y ha ampliado una denuncia ante la Guardia Civil, Queipo ha criticado duramente sus palabras, calificándolas de «cortina de humo» y rechazando cualquier intento de responsabilizar al alcalde riosellano por los ataques recibidos.
El líder del PP asturiano manifestó este sábado que, aunque condena los insultos dirigidos a Lastra, considera inaceptable que se señale al alcalde de Ribadesella como instigador o responsable de esos comportamientos. «Es de una desvergüenza tan absoluta que no merece ni comentario», afirmó, acusando a la delegada de desviar la atención del verdadero problema: las consecuencias que tendrá para el concejo el cierre temporal del puente durante las obras. «Es una cortina de humo, hablar de otras cuestiones, o incluso señalar a personas que no tienen culpa ninguna para que no se hable de lo realmente importante, que es que Ribadesella necesita que el puente se repare, se mejore, pero no necesita que se le cierre durante 15 meses el acceso de una orilla a otra«. Queipo insistió en que el debate debe centrarse en la ejecución del proyecto, que —según denunció— afectará negativamente a la economía y movilidad local. Criticó lo que considera una falta de inversión adecuada por parte del Ministerio, y reclamó respuestas técnicas claras sobre el estado de la infraestructura.
Lastra, por su parte, calificó de «grave» la actitud del presidente del PP al referirse en esos términos a su denuncia. Aseguró que los ataques en su contra son reales, con «nombres, mensajes y pruebas», y lamentó que se cuestione su derecho a denunciar una situación que también afecta a su entorno familiar. «El silencio del alcalde no es neutralidad: es complicidad». En relación a la duración de las obras, Lastra aclaró que se trata de 15 semanas y no 15 meses, como indicó erróneamente Queipo. Explicó que el corte al tráfico rodado es necesario por razones técnicas, pero que el paso peatonal se mantendrá operativo durante todo el periodo. Además, recordó que el Ayuntamiento fue informado del plan de movilidad propuesto y que aún no ha emitido respuesta oficial.
La delegada del Gobierno ha reiterado que la obra, con un presupuesto superior a los 7 millones de euros, es necesaria para garantizar la seguridad estructural del puente y responde exclusivamente a criterios técnicos, no políticos. Asimismo, manifestó su compromiso con la ejecución del proyecto y lamentó el clima de crispación generado en torno a su figura.