El Comité de Empresa tacha de «falta de respeto» las declaraciones hechas por el edil Rodrigo Pintueles en el Pleno, y confirma los contactos con otras compañías municipales para formar un frente reivindicativo común

Ya se escucha ruido de sables entre la plantilla de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano de Gijón (EMULSA). Una semana después del tenso Pleno ordinario de abril, polémico por los enfrentamientos propiciados por el estado de dicha compañía y suspendido por la alcaldesa, Carmen Moriyón, este martes el Comité de Empresa, el mismo al que no se autorizó el uso de la palabra en aquella sesión, ha comparecido antes los medios de comunicación para responder a las declaraciones hechas entonces por el concejal de Medio Ambiente y presidente de EMULSA, el popular Rodrigo Pintueles… Y para arrojar algo de luz sobre la duda que, desde entonces, planea sobre la ciudad: ¿habrá, o no habrá, huelga en el servicio de rexogida de basura gijonés? Una pregunta para la que todavía no se ha dado una respuesta tajante, si bien se trata de una posibilidad que los trabajadores están ponderando. Y al detalle, además.
«Nuestra intención nunca ha sido ir a la huelga, pero tiene que haber un diálogo; si no existe, las medidas irán en aumento, y nos planteamos seriamente paro de la empresa«, han admitido tanto la presidenta del Comité, Patricia Menéndez, como su secretario, David del Amo, en el curso de una rueda de prensa ofrecida en la sede de EMULSA. El «diálogo» al que ambos han hecho referencia, y que consideran en suspenso por la falta de voluntad del Ayuntamiento, es el que afecta tanto a la negociación del convenio colectivo, como a la suspensión de la externalización temporal de los servicios de desratización y limpieza de contenedores, visto por los operarios como el principio de la privatización. Así, en caso de que la situación actual no se modifique, la idea del Comité es convocar paros «de cara a verano, en fechas en las que se note la carencia del servicio lo máximo posible«. Las fechas todavía no han sido concretadas, aunque sí es seguro que se trataría de «paros intermitentes«; los necesarios para «hacer el menor daño a la plantilla y a la ciudadanía«, pero los suficientes para que «se visibilice el problema«.
«Cuestionan la honestidad de los compañeros; en desratización ni se fue, ni se es previsor, y en la limpieza se podría haber aplicado una movilidad temporal para cubrir las bajas por enfermedad, cosa que no se hizo»
Patricia Menéndez, presidenta del Comité de Empresa de EMULSA
Claro está que a la plantilla le preocupa la imagen que una Gijón con el servicio de basuras paralizado pueda transmitir, aunque la urgencia del problema actual supera esa inquietud. «El ciudadano ve una ciudad sucia, una limpieza deficiente, ratas, palomas… Pero llevamos tiempo trasladando que hace falta reforzar ciertos servicios«, ha apuntado Del Amo. Por ejemplo, el de desratización, adjudicado al Grupo Lacera por casi 37.000 euros, podría ser plenamente operativo valiéndose de recursos propios «si se le asignase una persona todo el año; la mejora sería real, y no sería tan costoso como contratar a una empresa externa«. Sin embargo, al Comité no le consta que se haya evaluado esa posibilidad, y cree que en el Ayuntamiento «no se tomaron las medidas adecuadas de formación y de condiciones«. Algo parecido a lo que detectan en el caso de la limpieza de contenedores, limitada porque, «de todos los camiones, sólo uno, el 480, funciona correctamente; el resto rompe la tapa del contenedor al lavar«. Ese hecho lleva a Menéndez, a Del Amo y a sus compañeros a hacerse una pregunta: por qué «se realizan compras que no dan el servicio necesario, como camiones no compatibles, furgonetas que no son las apropiadas… Son decisiones que no entendemos muy bien».
No obstante, el malestar de la plantilla también se ve alimentado desde otros frentes. Por ejemplo, el de la siniestralidad laboral. Según han apuntado hoy desde el Comité, la Memoria de Sostenibilidad del año pasado prueba que «los accidentes han sufrido un 60% de incremento entre 2023 y 2024«, un periodo en el que «ya estaba el actual presidente», y sin que «nos conste que la empresa haya puesto medios para solventarlo». He ahí uno de los grandes focos de calor del enfado reinante, pues el edil Pintueles, en el Pleno del pasado miércoles, esgrimió las altas tasas de absentismo como una de las motivaciones para la externalización, con tasas de incapacidad temporal de hasta el 40% en el caso de la limpieza de contenedores, y sin voluntad de asunción de las tareas de desratización. Dos puntos que el Comité ha negado tajantemente esta mañana. «Cuestionan la honestidad de los compañeros, y se falta al respeto a la plantilla; en desratización ni se fue, ni se es previsor, y en la limpieza se podría haber aplicado una movilidad temporal para cubrir las bajas por enfermedad, cosa que no se hizo», ha detallado Menéndez.

Esas son las cartas que se hallan ahora mismo sobre el tapete, sin que, por ahora, el diálogo con el Ayuntamiento se haya reactivado. «La imposición de decisiones unilaterales lleva a la situación en que estamos actualmente«, ha ahondado Del Amo, recordando, además, los momentos de la última sesión plenaria, cuando se les negó el uso de la palabra al notificar Moriyón que, tras una primera solicitud para ello, desestimada por un erro de forma, no se cursó ninguna más. Sobre ese particular, el secretario del Comité ha matizado que «la respuesta negativa a la primera petición nos llegó al mediodía del día anterior al Pleno, sin margen para presentar otra«; y ha planteado que, pese a lo que dicta el reglamento, «entendimos que, dada la urgencia, deberían habernos dado voz, pero no se hizo«. Lo que sí está en curso son contactos con otras empresas municipales para tratar de formar un frente común de cara a futuras movilizaciones, «en vista de que tenemos objetivos comunes», aunque ninguno de sus respectivos Comités ha contestado todavía.
Nada de todo lo anterior, insisten los trabajadores de EMULSA, ocurrirá si se reactivan las negociaciones con el Consistorio, y se alcanzan acuerdos satisfactorios. «Desde este Comité se viene buscando el diálogo, pero la voluntad por parte del presidente y del gerente de EMULSA (José Ramón García Cañal) es nula«, ha reiterado Menéndez, quien ha enfatizado que «sólo pedimos derechos laborales. Lo reclamado incluye descansos no respetados, compensaciones legales y acuerdos vulnerados«. La presidenta del Comité también ha aludido a ciertos comentarios vertidos desde el Gobierno, referentes a la supuesta condición de «privilegiados» de los trabajadores de EMULSA. «No se puede ridiculizar la lucha obrera por el sueldo que tenga quien la ejerce«, ha sentenciado Menéndez, incidiendo en que «cumplir la ley no es caro; caro es no cumplirla y tener que ir a juicio por cada derecho básico«. Y ha finalizado, en nombre de los trabajadores, tratando de disipar cualquier interpretación errónea que pueda haber acerca de sus peticiones. «Somos una plantilla que trabaja cada día para que Gijón esté más limpia, funciones y sea una ciudad más habitable, pero seguiremos defendiendo lo que es justo. Si no hay respeto, habrá respuesta, y si no hay negociación, seguirá la movilización«.