El buque, un veterano con casi un cuarto de siglo surcando las aguas, arribará a primera hora, procedente La Coruña, y zarpará a media tarde, poniendo proa a Bilbao; a bordo viajan 2.271 pasajeros, mayoritariamente estadounidenses y canadienses

Hace ya tiempo que Gijón le cogió el gusto al mundo de los cruceros. Y, como pasa con toda sana afición, es difícil no disfrutar de cada nueva alegría que proporciona. Si la semana pasada fueron dos de esos gigantes de los mares, los británicos ‘Britannia’ y ‘Ambition’, los que recalaron en la ciudad, mañana jueves hará lo propio un tercero… Eso sí, procedente no de allende el Canal de la Mancha, sino del otro lado del Atlántico. Será el ‘Norwegian Star‘, un genuino titán oceánico que, pese a lo que pueda sugerir su nombre, tiene su puerto de registro en Bahamas. El buque atracará en el muelle de la Osa de El Musel a las siete de la mañana, procedente de Oporto, punto de comienzo de su actual travesía, y de La Coruña, su primera escala. Y será, vistas las previsiones, una visita intensa. Al fin y al cabo, a bordo viaja la friolera de 2.271 pasajeros; la mayor parte de ellos, estadounidenses y canadiense.
Los amantes de los temas náuticos, así como los gijoneses mínimamente avispados, no tendrán problemas en reconocer la icónica silueta de este navío, protagonista de varias recalas en el pasado reciente. Porque si de algo puede presumir el ‘Norwegian Star’, aparte de las comodidades y del lujo que ostentan sus camarotes, es de solera… Construido en el prestigioso astillero alemán Meyer Werft de Papenburgo en 2000, no fue hasta el año siguiente cuando se completó la obra y se procedió a su botadura para, acto seguido, ser asignado a la naviera hongkonesa Star Cruises, que lo bautizó ‘SuperStar Libra’. Bajo el mando de la compañía asiática, el barco dedicó sus primeras singladuras a circunnavegar las islas de Hawái, pero en marzo de ese mismo año fue transferido a la flota de la estadounidense Norwegian Cruise Line (NCL), comprada por Star Cruises, convirtiéndose, así, en el primer navío de diseño moderno de la norteamericana. Desde entonces, y tras ser destinado a la costa del Pacífico, el ‘Norwegian Star‘ ha completado decenas de travesías, destacando allá donde se ha detenido por la colorida decoración de su sección de proa. También impone por sus dimensiones, desde luego… No en vano, este crucero mide 294 metros de eslora (longitud), 32,2 de manga (anchura) y da un calado de 8,2 metros, dando un peso de registro bruto de 91.740 toneladas. Números todos aparentemente monstruosos, pero que no impiden al ‘Norwegian Star’ formar parte de la categoría de buques ‘Panamax’, diseñados específicamente para poder transitar por el angosto Canal de Panamá.
En cualquier caso, esas condiciones técnicas tan particulares no afectarán a sus horas de estancia en Gijón, durante las cuales los pasajeros dispondrán de un servicio de autobuses lanzadera hacia y desde el Museo del Ferrocarril, cortesía de Visita Gijón. En ese tiempo podrán conocer la propia ciudad, Oviedo y Avilés, por la opción de participar en una degustación de sidra o tapas. Finalmente, a las seis de la tarde el navío zarpará y se perderá en el horizonte, rumbo a su siguiente escala, y última en territorio español: Bilbao. De allí navegará a los puertos franceses de Le Verdon, La Rochelle y Le Havre, dará el ‘salto’ al belga Zeebrugge y al holandés Ijmuiden, y continuará hacia Hamburgo, antes de finalizar su singladura en la ciudad británica de Southampton.