El joven, de veinticinco años, llegó a contactar con los servicios de emergencias varias veces desde el aseo del local, sin que el dueño o los clientes se percatasen de nada; la Policía Nacional recuerda que tales comportamientos son un delito

Hay bromas… Y ‘bromas’. Unas resultan ingeniosas, amenas, incluso graciosas; las otras, inapropiadas, pesadas… Y, a menudo, acaban teniendo penosas consecuencia. Precisamente a esas últimas pertenece la conducta de cierto joven de Gijón que, a estas horas, permanece imputado. Según la información facilitada este martes por la Policía Nacional el sujeto, que cuenta veinticinco años, contactó en reiteradas ocasiones con los servicios de emergencias desde los aseos de un establecimiento de hostelería de El Natahoyo, asegurando haber encontrado allí un feto humano… Sin que fuese cierto. Una falsa alarma por la que podría encarar el pago de una multa cuantiosa, al ser acusado de desórdenes públicos.
Siempre a tenor del relato hecho por los agentes, el hombre llamó varias veces al 112, informado del supuesto hallazgo. Dada la proximidad de la comisaría, ubicada en el mismo barrio gijonés, hasta el negocio en cuestión no tardaron en desplazarse varias unidades de la Policía Nacional, así como una ambulancia del Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU). Sin embargo, a su llegada al local, ni los sanitarios, ni los uniformados encontraron el feto en cuestión; tampoco los trabajadores y clientes tenían idea de qué estaba pasando, y ninguno de ellos se confesó autor de los avisos. Poco a poco, en la mente de los agentes fue cobrando fuerza la teoría más plausible: todo había sido una broma pesada.
Ante la evidencia de que se trataba de una llamada falsa, la comisaría abrió una investigación para identificar al autor de la alerta, y pocas semanas después se lograba dar con el ‘gracioso’. Y es que, recuerda la Policía Nacional, este tipo de bromas no sólo son delictivas, sino que implican un uso indebido de recursos públicos que podrían, y deberían, destinarse a atender necesidades reales de los ciudadanos.