El sindicato reclama que “el Gobierno debe tomarse en serio a quienes sostienen los servicios públicos”, y acusa a Adrián Barbón de ausentarse en plena crisis educativa

En plena crisis del sistema educativo asturiano, el sindicato CSIF ha dado este lunes un paso más en su estrategia de presión al Gobierno del Principado al proponer una gran movilización conjunta de toda la administración pública asturiana. En una nota de prensa, la central sindical ha llamado al resto de sindicatos a sumar fuerzas en una manifestación que visibilice, según sus palabras, “el abandono institucional que sufren los empleados públicos” en Asturias. “El Gobierno debe tomarse en serio a quienes sostienen los servicios públicos”, ha señalado CSIF, que denuncia años de estancamiento en las negociaciones y una pérdida acumulada de poder adquisitivo superior al 25 % en la última década. Además, acusa al Ejecutivo regional de “discriminación estructural” hacia sectores mayoritariamente feminizados, como el ERA o las consejerías de Bienestar Social y Hacienda.
La propuesta de CSIF se produce en el contexto del inicio de la huelga indefinida en la enseñanza pública, secundada de forma unitaria por los cinco principales sindicatos del sector: CCOO, UGT, SUATEA, ANPE y CSIF. En este sentido, el presidente autonómico de CSIF, Sergio Fernández-Peña, ha reclamado una intervención directa del presidente del Principado, Adrián Barbón, al que ha acusado de “ausencia” en plena crisis educativa.
En la misma línea, el responsable de CSIF Educación Asturias, Jorge García Caro, ha calificado de “incomprensible” que la negociación con el comité de huelga esté liderada por dos miembros del Ejecutivo, Guillermo Peláez y Gimena Llamedo, que, según ha señalado, “no tienen competencias directas en educación: «La gente que está en la calle y pierde dinero cada día no está para esperar llamadas telefónicas. Necesitan soluciones ya”.
Durante la jornada, CSIF ha reiterado que la manifestación educativa del domingo, que reunió a decenas de miles de personas en Oviedo, refleja un clamor social al que no se puede responder con “dilaciones ni relevos sin capacidad ejecutiva”. Tras la dimisión de la consejera Lydia Espina, motivada por un “enorme desgaste emocional y personal”, el sindicato exige que la negociación se reactive “con seriedad, propuestas claras y respeto institucional”. “Estamos en un momento clave que debe marcar un antes y un después en la administración pública asturiana”, ha concluido CSIF, que insiste en que no cejará en su compromiso de liderar las movilizaciones hasta alcanzar “un acuerdo justo y transformador” para todos los empleados públicos del Principado.