La cita entre sindicatos y Gobierno del Principado termina sin acuerdos en un encuentro, afirman los sindicatos, que es solo una bomba de humo para alargar la huelga y que esta «fracase». Los gritos de «¡Barbón dimisión!» sustituyeron ayer a los de «¡Lydia dimisión!»

Los ánimos están más que caldeados en el sector educativo asturiano. Tras llevar muchos de los profesores una semana de paros, este lunes se encaraba la primera jornada de huelga unitaria, convocada por los cinco sindicatos mayoritarios, UGT, CCOO, SUATEA, CSIF y ANPE, y también la que sería la segunda reunión entre el Gobierno del Principado de Asturias y los sindicatos educativos, la primera tras la dimisión de la consejera Lydia Espina, hecha pública en la mañana de ayer. Un encuentro que terminó sin acuerdo y que emplaza a las partes a una nueva convocatoria para el miércoles a las 16:00 horas. Una falta de avances que ha sido interpretada de forma muy distinta por ambas partes.
Por un lado, los sindicatos denuncian que el Ejecutivo asturiano está adoptando una estrategia de dilación para desgastar el conflicto. Así lo expresaron públicamente minutos después del encuentro, frente a miles de docentes concentrados a las puertas del lugar de reunión. Borja Llorente, portavoz de CCOO, tomó el megáfono y fue rotundo en su valoración: “Durante toda la reunión se estuvieron haciendo los turistas ingleses despistados que no encuentran el restaurante, como si no supieran de qué iba la cosa. Estaban provocando que nos levantáramos y nos fuésemos. Estuvimos aguantando, y como vieron que no nos levantamos, se levantaron ellos. Han convocado una reunión para el miércoles a las 16:00. Quieren dilatarlo todo para que la huelga sea un fracaso. Es la estrategia de este gobierno”, denunció la cara visible de CCOO, que llamó a la unidad sindical y a la continuidad de la movilización. “El mensaje que le tenemos que mandar al Gobierno del Principado es de unidad, que no nos van a achantar retrasando reuniones dos días. Lo que vamos a decir es: ni un paso atrás”, concluyó entre aplausos y gritos de “¡Barbón dimisión!”, que en la tarde de ayer sustituyeron a los oídos hasta ahora de «Lydia dimisión». El presidente del Ejecutivo asturiano se encontraba ayer en un viaje privado, reincorporándose este martes a la rutina profesional, un hecho que tampoco ha pasado desapercibido entre el cuerpo educativo.
“Nos están obligando a quedarnos de huelga”

En una línea similar, Jorge Caro, de CSIF Educación, recordó, también megáfono en mano, que el comité de huelga acudió con un manifiesto conjunto y disposición a alcanzar un acuerdo incluso en la misma jornada. “Les hemos dado todas las posibilidades: nos quedamos, hacemos un receso, si hace falta se pide comida. Nos quedamos hasta la hora que haga falta”. A su juicio, “nos están obligando a quedarnos de huelga”.
Desde el Ejecutivo autonómico, sin embargo, el consejero de Hacienda y portavoz del Gobierno, Guillermo Peláez, defendió que la reunión celebrada este lunes, pese a haberse producido apenas horas después de la dimisión irrevocable de Espina, es una prueba de la voluntad de diálogo del Gobierno. “Nosotros estamos convencidos de que vamos a llegar a un acuerdo, seguro. Y de hecho vamos a trabajar incansablemente por llegar a ese acuerdo”, aseguró. Peláez señaló que “había motivos de sobra para suspender esta reunión”, en referencia a la crisis interna en la Consejería de Educación, “y sin embargo hemos decidido no perder ni un segundo y estar aquí para seguir avanzando”, e indicó que la próxima reunión del miércoles se ha convocado porque “las organizaciones sindicales han trasladado al Ejecutivo una propuesta que toca muchos aspectos y que ahora debe analizarse detenidamente”.
Una manifestación histórica y una huelga que va camino de serlo
La reunión, de apenas hora y media de duración, se produce en un contexto marcado por una movilización sin precedentes del profesorado asturiano. Desde el pasado martes, la comunidad educativa ha protagonizado manifestaciones, paros y una huelga indefinida que se amplió este lunes a todos los niveles educativos, salvo el universitario. Solo un día antes, entre 19.000 y 50.000 personas —según distintas fuentes— recorrieron las calles de Oviedo en una manifestación masiva en defensa de la escuela pública.
La dimisión de Lydia Espina como consejera de Educación, oficializada este lunes por la mañana y motivada por un “enorme desgaste emocional y personal”, no ha sido considerada por los sindicatos como un gesto resolutivo. Más bien lo interpretan como un síntoma de la gravedad del conflicto y de la presión social ejercida por la comunidad educativa. Tras su salida, y sin relevo designado por el momento, las negociaciones han quedado en manos de Peláez y de la vicepresidenta del Gobierno, Gimena Llamedo.
El Sindicato de Estudiantes se une a la huelga
El descontento también ha llegado a las aulas: este lunes, el Sindicato de Estudiantes anunció su adhesión a la huelga del profesorado. En un extenso comunicado, llamaron a parar las clases en solidaridad con los docentes y en defensa de la educación pública: “El profesorado está siendo todo un ejemplo de lucha. La dimisión de Lydia Espina no es ningún gesto de buena voluntad política, es una victoria de la lucha organizada del profesorado y del conjunto de la comunidad educativa”, afirman en el texto. Critican las condiciones en los centros, los recortes, la masificación de aulas y la precariedad laboral docente, y apuntan a que la Consejería “ha preferido tensar el conflicto antes que garantizar soluciones reales”. A su juicio, “nos están dejando en un limbo educativo” con exámenes suspendidos, recuperaciones sin fecha y la EBAU a la vuelta de la esquina. También han llamado a participar en las distintas acciones de protesta previstas para los próximos días.