El 20 de junio, viernes, se conmemora esta jornada que recuerda la problemática de los miles de personas obligadas a huir de sus países para escapar de conflictos o persecuciones y el Consistorio avilesino quiere sumarse al apoyo a estos afectados con una recepción este jueves a personas acogidas por el Programa Asturiano de Atención a Víctimas de la Violencia en Colombia

Avisan de que «los acontecimientos de Colombia en los últimos días lanzan una alerta por la expulsión masiva de población campesina con la agudización del conflicto armado interno». Una situación que no cesa en el país sudamericano y que llevó a la creación hace ahora 25 años del Programa Asturiano de Derechos Humanos que ha acogido en este tiempo de manera temporal en la comunidad autónoma a 152 líderes campesinos y sociales colombianos bajo amenaza de muerte por su labor en defensa de los derechos humanos y sindicales.
Mañana, coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, que se conmemora todos los 20 de junio, esto es, este viernes, el Ayuntamiento de Avilés quiere mostrar su apoyo a todas las personas obligadas a huir de sus países para escapar de conflictos o persecuciones con la recepción de cinco participantes en el Programa Asturiano de Atención a Víctimas de la Violencia en Colombia, que gestiona Soldepaz Pachakuti y coordina Javier Orozco, exdirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de este país. Agustín Medina, concejal de Bienestar Social y Cooperación, que entre el 9 y el 22 de marzo se desplazó a zonas de conflicto armado en el centro y el nororiente colombiano con la XXI Delegación Asturiana de Derechos Humanos y Paz, compuesta por 21 personas, para conocer de primera mano la situación, constatando «el tamaño y degradación del conflicto armado interno, el peligro que trae para la vida el luchar por los derechos humanos y sindicales, por la paz, por equidad y por calidades democráticas», apuntan sus promotores, será el encargado de dar la bienvenida a estos afectados por la violencia en sus territorios. Va a ser a las 11 horas en un acto bajo el nombre ‘Refugiadxs. Un futuro como derecho’.