El presidente del Grupo Covadonga, Joaquín Miranda, destacó este jueves al recoger el galardón que el club «transmite, generación tras generación, valores que van mucho más allá del deporte»
Fue un homenaje a la «familia» grupista el celebrado ayer en el Club de Golf de Castiello durante la entrega del Premio Gijonés del Año al Grupo Covadonga. Un acto al acudieron representantes de numerosas entidades deportivas, sociales y empresariales de la ciudad.
El galardón, que otorga anualmente un jurado integrado por representantes de diversos ámbitos de Gijón y que convoca la revista Vivir Gijón, fue recibido por el presidente del Grupo, Joaquín Miranda, quien destacó que es un reconocimiento «para toda la entidad y para las miles de personas que hacen posible el Grupo cada día», ya que, a su juicio, «si algo nos define es nuestra capacidad para construir una familia».
«Sentimos una emoción inmensa», dijo, porque «este galardón no es solo un reconocimiento para el Real Grupo de Cultura Covadonga. Es un homenaje a los miles de personas que lo hacen posible cada día. A quienes madrugan para entrenar, a quienes enseñan y educan a través del deporte, a quienes trabajan para que todo funcione con discreción y eficacia. Desde los que hacen cola a las 6:30 de la mañana para entrar hasta los que cierran los Pabellones pasada la medianoche, para los socios nuevos, y los de siempre, para las familias, para las generaciones que han hecho del Grupo su segunda casa».
Más allá de los números, con 38.500 socios, 3.300 deportistas federados y 29 secciones deportivas, Miranda quiso poner en valor eso que llaman espíritu grupista: «si algo nos define, ha sido nuestra capacidad para haber construido una familia. Una familia grupista, que está presente desde la infancia hasta la madurez, y que transmite, generación tras generación, valores que van mucho más allá del deporte».
El presidente añadió que «os honra recibir este premio…, porque sentimos que es la ciudad quien nos lo entrega, porque lo sentimos como un homenaje de sus ciudadanos, de nuestros vecinos y amigos. Nos lo entrega una ciudad que late con fuerza, que reconoce el valor del compromiso y que entiende que lo importante no se mide solo en cifras, sino en recuerdos, emociones y sueños compartidos. Finalmente destacó que se reconoce que la entidad deportiva «ha sabido evolucionar sin perder su esencia». Y terminó diciendo que «debemos estar orgullosos y cuidar un patrimonio de la ciudad inigualable».
El presidente del Grupo estuvo acompañado por la mayor parte de los miembros de su junta directiva a la que se acaba de incorporar el abogado Javier Díaz Dapena, así como numerosos socios del club y representantes de otras entidades de la ciudad, entre otras la Cámara de Comercio, con su presidente, Félix Baragaño. Los representantes municipales excusaron su ausencia debido a los tres días de lutos declarados en la ciudad por el último asesinato machista.
«Hoy echamos en falta, por los motivos que de sobra conocéis, el luto oficial, a los representantes municipales, pero nos sentimos acompañados igualmente. Quiero agradecer también su felicitación al Principado de Asturias y a la Dirección General de Actividad Física y Deporte, con los que construimos proyectos conjuntos», dijo el presidente.
Antes de recibir el premio de manos del responsable de Vivir Gijón, Santiago Alverú, glosó la figura del premiado Nacho Aybar, que definió a la entidad como «una gran familia» cuyo legado trasciende sus impresionante números. «Su impacto no se mide solo en cifras, se mide en sueños y en ilusión. Es nuestra casa», porque como indicó la seña de identidad del Grupo es «haber traspasado las fronteras de lo que habitualmente se entiende como una entidad deportiva”, ya que el Grupo, «no es un lugar al que ir a entrenar o a estar, sino un lugar que forma parte de nuestra vida» y donde «se aprende a ganar y a perder».
