
El emblemático hostelero gijonés, uno de los grandes nombres de aquel evento, fallecía este jueves en Gijón, dejando tras de sí viuda, hijas, nietos y un recuerdo imborrable en la memoria de varias generaciones
No son buenas fechas para la hostelería gijonesa de los años 80 y 90.
Si hace apenas un mes nos dejaba José Méndez, de La Zamorana, hoy despedimos a Florentino Mañana, conocido por Tino ‘el Roxu’.
Abrió su primera sidrería, por el año 1981, en la avenida Hermanos Felguero. Luego llegó la oportunidad de la Expo de Sevilla, en el año 1992, y… ¿Quién mejor que ‘El Roxu’ para representar el pabellón asturiano en la Cartuja de Sevilla?
Así pues, de la mano de Pedro Morán, de Casa Gerardo, y de Ramón González, de La Manuca, que se habían hecho con la concesión del establecimiento hostelero del pabellón, mientras estos atizaban fogones, ‘El Roxu’ escanciaba culinos a miles.
Una de las anécdotas que cuentan sus amistades de la experiencia de la Expo es que muchos de los que probaban la sidra, además de tirar el último sorbo, tiraban también el vaso, pensando en que era así como debía de hacerse.
A su vuelta, Tino cambió la ubicación de su negocio y se estableció en las carretera de la Costa, donde no había día de Cabalgata de Reyes que no saliera corriendo a ofrecer a sus Majestades un culín par refrescar la boca, antes de la frenética noche que les esperaba por el reparto de regalos.
Allí estuvo, recogiendo premios de Lotería (también se hizo famoso por ese azar que siempre le acompañó), hasta el año 2013, cuando se jubiló para hacer una de las cosas que más le gustaba: jugar a los bolos.
Mañana acompañaremos a su mujer, María Emilia Zamorano, y a sus hijas y nietas, en la despedida de este ilustre y conocido hostelero.
Será en la capilla del Tanatorio de Gijón, en Cabueñes, a las 13 horas.