La escritora Leticia Sánchez Ruiz firma una novela que escarba en aquellos silencios que dominan lo cotidiano, y en cuyas páginas el pasado de la capital asturiana y el poder de la literatura cobran un peso especial a la hora de desentrañar los enigmas que las pueblan
Son muchos los colores con los que una persona, cualquier persona, pinta el siempre abstracto cuadro de su propia existencia. Están las decisiones y las omisiones, los aciertos y los errores, las pérdidas, las victoria, las sonrisas y las lágrimas… Y, también, los silencios. Aquello que no se dice, que casi ni se piensa, por miedo a despejar una bruma que, al desaparecer, revele una realidad incómoda. A veces, incluso, peligrosa. Bien, hay mucho de eso último en ‘El club de la niebla’, la última novela de Leticia Sánchez Ruiz. En sus páginas, la escritora asturiana toma la ciudad de Oviedo y la convierte en el escenario de una oscura e irresuelta desaparición que, años después, volverá a impactar a los miembros de un pintoresco club literario. Una premisa absorbente para una obra a la que, en la librería Matadero Uno y en compañía de su creadora, se ha acercado el Canal Prestosu de Caja Rural de Asturias.
Por medio de situaciones de lo más peculiares, y personajes marcados a fuego por los hechos del ayer, pasado y presente se dan la mano en un texto en el que, explica la propia Sánchez a la periodista Juncal Herrero, la literatura cobra un papel muy especial. Al fin y al cabo, el detonante de la trama no es otro que la desaparición en la capital asturiana, dos décadas atrás, del afamado novelista chileno Gabriel Vargas Montseny, un turbio capítulo sepultado por el tiempo que, en el momento actual, regresa a la superficie, de la mano de una inesperada defunción. Todo ello desatará la curiosidad de Alana, protagonista del relato, quien tratará de desentrañar qué sucedió entonces… Y de qué modo sus efectos se están propagando en el ahora.