El gijonés Álvaro Rodríguez Piñera rendirá homenaje en escena a sus maestros Attilio Labis y Esther Gómez Carreras, fallecidos en los últimos años
Gijón volverá a vestirse de gala —y nunca mejor dicho— para acoger una nueva edición de su gran cita con la danza clásica: la VII Gala Internacional de Ballet. El espectáculo, que se ha consolidado como uno de los eventos culturales más relevantes del verano gijonés, será una oportunidad única para el público asturiano de disfrutar de estrellas del ballet internacional sin salir de casa. Todo ello bajo la dirección artística del gijonés Álvaro Rodríguez Piñera, quien ha diseñado un programa “lo más inédito posible” con piezas que, en muchos casos, se verán por primera vez en España.
“Siempre intento crear un programa que reúna piezas del repertorio que no se hayan visto nunca en Gijón”, afirma Rodríguez Piñera. “Es una gala principalmente de ballet, como su nombre indica, una disciplina que tanto escasea en el Principado y en España, y por eso intento traer figuras del panorama dancístico nacional e internacional que están desarrollando sus carreras en las compañías más destacadas de Europa”.
En esta séptima edición, el repertorio incluirá una cuidada selección de piezas del ballet romántico, clásico, neoclásico y contemporáneo. Entre las más esperadas figuran dos extractos del ballet romántico: Festival de las Flores de Genzano, de August Bournonville, que interpretarán Linda Giubelli y Navrin Turnbull, solistas del Ballet Teatro alla Scala de Milán; y Coppelia, a cargo de Claudia D’Antonio y Salvatore Manzo, estrellas del Teatro San Carlo de Nápoles. Estos últimos también pondrán en escena una escena del segundo acto de Don Quijote, una obra clave del clasicismo.
Desde la Ópera de París llegarán Camille Bon y Nicola di Vico, solistas que interpretarán un extracto de La Bella Durmiente en la versión de Rudolf Nureyev, y también el paso a dos neoclásico Rhapsody de Sir Frederick Ashton, pieza cuyos derechos ha cedido para la ocasión la fundación del mítico coreógrafo británico.
La representación española estará a cargo de Laura Pérez Hierro y Juanjo Carazo Arranz, jóvenes promesas de la Compañía Nacional de Danza, que ofrecerán dos dúos neoclásicos: Anhelo, de José Becerra, y Love Fear Loss, de Ricardo Amarante.
El propio Rodríguez Piñera también subirá al escenario con dos piezas de gran carga emocional. La primera será el icónico Preludio a la Siesta de un Fauno, de Nijinski, en la versión de Serge Lifar. “Este solo, creado en 1912 con música de Debussy, es un hito en la historia de la danza y raramente se representa hoy en día”, destaca. El bailarín gijonés ha recibido los derechos directamente de la fundación Lifar para esta interpretación, que será además un homenaje a su maestro Attilio Labis, figura estelar de la Ópera de París fallecido en 2023. “Me doy cuenta de la importancia que tiene la transmisión directa del patrimonio de la danza de una generación a otra para que ésta sobreviva en el tiempo”, reflexiona.
La segunda pieza que interpretará será Asturias, un solo creado por él mismo en 2018 como homenaje a la danza española, que este año estará dedicado a la memoria de su antigua profesora en Asturias, Esther Gómez Carreras, recientemente fallecida. “Será un momento difícil y de mucha emoción, pero necesario. Es mi forma de mandarle todo mi amor por lo que ella me enseñó”.
En el programa sonarán compositores como Debussy, Tchaikovsky, Rachmaninoff, Brahms, Delibes, Albéniz, Enrique Morente o Edith Piaf, en una gala que transitará desde el ballet más académico hasta expresiones más contemporáneas y españolas.
“Será una gala variada y de altísima calidad, comparable a las que se pueden ver en París, Milán, Nápoles o Madrid, gracias a la excelencia de estas grandes figuras invitadas”, concluye Rodríguez Piñera. Un espectáculo que reafirma a Gijón como un escenario privilegiado para la danza.
