El Gobierno local da por finalizado el proceso de consulta pública sobre el futuro Plan Director de Naturalización Urbana; la participación, aunque «modesta», confirma el deseo colectivo de afrontar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida

A la ciudad se le pidió su opinión… Y la ciudad ha hablado. Tímidamente, sí. Tanto que, quizá, haya quienes duden de que el resultado pueda considerarse una muestra representativa del sentir general. Pero lo ha hecho. Y el resultado no se aleja demasiado de lo que cabría esperar… La Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Gijón ha cerrado el proceso de consulta pública sobre el futuro Plan Director de Naturalización Urbana, con demandas claras por parte de la ciudadanía: más árboles, más sombra y menos cemento.
Entre el 9 y el 22 de julio se recibieron veinticinco aportaciones válidas, en las que se demanda una transformación real del espacio urbano para afrontar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida. «Aunque la cifra es modesta, el mensaje ha sido contundente. Gijón necesita avanzar hacia un modelo de ciudad más verde y vivible», señalaba ayer domingo el concejal de Medio Ambiente, Rodrigo Pintueles, quien agradeció la participación y aseguró que estas demandas se incorporarán al diseño final del plan, que será presentado en los próximos meses.
Una hoja de ruta a tener en cuenta
Las propuestas ciudadanas hacen hincapié en la reforestación de barrios densamente urbanizados como el centro, La Calzada, Jove, Laviada, El Coto o La Arena, donde la falta de sombra y el exceso de superficies duras incrementan los efectos del calor y la contaminación. Así, los participantes reclaman la creación de corredores verdes, refugios climáticos, árboles de gran copa, vegetación autóctona y una reducción de podas innecesarias, respetando además la biodiversidad y los periodos de anidación de aves.
Para la ciudadanía, el arbolado urbano debe ser mucho más que un elemento ornamental. Se valora como una herramienta fundamental para mitigar las olas de calor, mejorar la calidad del aire, aumentar la biodiversidad, ofrecer confort térmico y favorecer el bienestar físico y mental. En ese sentido, el proceso también ha dejado patente la necesidad de rediseñar integralmente el espacio urbano, con menos cemento y más vegetación, reverdeciendo patios escolares, fachadas y cubiertas, y aprovechando oportunidades estratégicas como la transformación del ‘Solarón’, que la ciudadanía identifica como una ocasión histórica para convertir el centro de Gijón en un gran pulmón verde.
Los participantes coinciden en que el Plan Director será útil si dispone de presupuesto suficiente, se ejecuta con ambición, rigor técnico y transparencia, y mantiene la participación ciudadana activa y continuada. Además, se ha solicitado a la concejalía una mejora de los canales de comunicación y la diversificación de los formatos participativos en próximos procesos. De ahí que el Ayuntamiento asuma estas demandas como una hoja de ruta para construir una ciudad más saludable, sostenible y resiliente ante el cambio climático.