La Guardia Civil calcula que se arrojaron entre 55.000 y 60.000 litros de excrementos al monte, afectando a un afluente del río Berbesa, de donde se toma el agua para el consumo en varias parroquias de este concejo

Vecinos de San Juan, Figueras y Barres, en Castropol, vivieron un episodio desagradable la tarde del pasado 22 de julio cuando al abrir los grifos de casa se encontraron con que el agua salía sucia y desprendía mal olor. Era sobre las 16.30 horas y rápidamente dieron aviso al Ayuntamiento, que se puso en contacto con la empresa suministradora que, tras un análisis, la declaró ‘no apta para el consumo’, procediendo a cortar de inmediato el abastecimiento desde el depósito de San Juan. La primera hipótesis era que pudiera venir de algún vertido al río Berbesa, de donde se toman estas aguas, lo que se comunicó a la Guardia Civil de Luarca, que inició una investigación al respecto.
Así, al dia siguiente, la Patrulla de Protección de la Naturaleza de Luarca recorrió su curso, percibiendo la turbidez del agua, de la que tomaron muestras. Las primeras inspecciones al río, así como a las ganaderías y praderías de su cuenca altas, no permitieron localizar el origen del vertido, por lo que fueron necesarios nuevos barridos hasta dar con un arroyo que discurre a través de monte cerrado de vegetación. Tras adentrarse, los agentes se percataron de que la turbidez iba en aumento y que había, unido a espumas, restos solidos depositados en el cauce. También aumentaba la intensidad del olor a purín.
Ladera arriba dieron con un área con varias zonas de vertido de descarga habitual de una cuba de purines. Una vez localizado este lugar, las gestiones realizadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) les llevó hasta el dueño de una ganadería ubicada en una zona próxima que, a raíz de la investigación, se pudo saber que transportaba los excrementos de sus animales en una cuba y un tractor, supuestamente por tener sus depósitos llenos. Ya había sido denunciado con anterioridad por hechos similares.
El martes se procedió a su detención como supuesto autor de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por afección al cauce del río Berbesa y otro contra la salud púbica por la afección a la captación de agua potable y corte del suministro de las poblaciones de Barres, Figueras y San Juan. La Guardia Civil calcula que vertió entre 55.000 y 60.000 litros.