La Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA) celebra su jornada en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) reivindicando una revisión del lenguaje empleado para referirse a estos ciudadanos y la garantía del derecho social básico a una jubilación digna

El Día de las Personas Mayores en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), una jornada dedicada a la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA), colectivo que engloba a 120 organizaciones que representan a 65.000 personas, repite después del «éxito rotundo» del año pasado, en palabras de su presidente Cesáreo Marqués. Un acto en el Palacio de Congresos con la participación de la alcaldesa Carmen Moriyón y la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco, además del presidente de la Cámara de Gijón, Félix Baragaño, y del propio dirigente de FAMPA y exvicepresidente de la Cámara, al que siguió un desfile de moda senior, sirvió de apertura a una serie de actividades centradas en las personas mayores que continuarán por la tarde y de las que disfrutarán más de 3.000 asociados desplazados a Gijón en 60 autocares procedentes de puntos de todo el territorio, «desde Peñamellera a Vegadeo», además de todos los visitantes al recinto feria en un día de acceso gratuito para ciudadanos de más de 65 años presentando su DNI en la entrada.
En su intervención ante un público que llenó prácticamente todas las butacas del salón de actos, Marqués destacó el trabajo desarrollado por los colectivos que conforman FAMPA, asociaciones «diversas» y «distintas» que tienen «una misma vocación: construir comunidad, combatir el aislamiento y acompañar a las personas en una etapa vital, que lejos de ser un cierre, puede y debe ser una etapa plena en sentido, relaciones y aportaciones». Un trabajo «muchas veces invisible para la opinión pública, pero su impacto es profundo». Se refiere Marqués a actividades culturales, talleres de salud, viajes, encuentros intergeneracionales, charlas formativas, acciones de voluntariado…, lo que las convierte también en «espacio de pertenencia, de cuidado mutuo, de escucha, de ciudadanía activa. Son, en muchos casos, el primer lugar donde se detecta la soledad, donde se consuela una pérdida o se descubre una nueva ilusión».

Quiso desde el atril «hacer un llamamiento claro y directo a los medios de comunicación, a las administraciones públicas y a la sociedad en su conjunto: es urgente revisar el lenguaje con el que se habla a las personas mayores». «Basta ya de llamarnos ancianos. El lenguaje no es neutro, la forma en que se nos nombra influye en cómo se nos percibe y, por tanto, en cómo se nos trata, y cuando se utiliza esa palabra para referirse a personas de 60, 70, 80, 90 o incluso 100 años, se nos encierra en una imagen reducida, dependiente y pasiva, que no se corresponde con la realidad», reivindicó. «No hay ninguna razón para no decir ‘una mujer de 91 años’, ‘un hombre de 100’, ‘una persona mayor activa’, ‘una ciudadana jubilada que colabora en su comunidad’…», continuó. Porque «decirlo bien es un primer paso para tratarnos bien; no se trata de corrección política, se trata de justicia», para después defender su papel como «motor económico, no una carga para la sociedad. Sostenemos familias, consumimos, participamos, generamos empleo, dinamizamos el comercio local y además contribuimos al equilibrio del sistema de cuidados y al fortalecimiento del tejido social. Porque las personas mayores seguimos contribuyendo, con nuestro conocimiento, con nuestro tiempo, con nuestra experiencia de vida, con nuestra presencia en el ámbito social, cultural y familiar».
Marqués felicitó a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar por la convocatoria, «precisamente hoy», de las subvenciones de interés social para el 2026, lo que permite «planificar mejor, organizar con sentido y garantizar la continuidad de programas y actividades que están mejorando la vida de miles de personas en todo el territorio». Y quiso señalar «los vientos involucionistas que nos vienen soplando que intentan socavar el estado de bienestar y hacer recortes en políticas sociales», por lo que aseguró que «es necesario el blindaje constitucional de las pensiones, porque las pensiones no son un privilegio ni una dádiva; son un derecho social básico, fruto de décadas de trabajo y de contribución al sistema público, y ese derecho debe estar garantizado constitucionalmente al mismo nivel que la educación o la sanidad. Blindar las pensiones en la constitución no es una cuestión ideológica; es una cuestión de justicia generacional, es asegurar que ningún cambio político o coyuntura económica pongan en peligro lo que millones de personas necesitan para vivir con dignidad. Es dar certeza a quienes hoy son pensionistas y esperanza a quienes mañana no serán, y es reconocer como sociedad que cuidar a quienes han cuidado no es una opción, sino un deber».

Por su parte, Del Arco destacó la importancia de una jornada «pensada para visibilizar y celebrar el papel de las familias, de las personas mayores, de quienes cuidan, acompañan y construyen comunidad» y defendió las políticas del Gobierno de Asturias «centrada en los cuidados de las personas, en las personas, en la promoción de la autonomía, en la participación activa, con acciones concretas como la estrategia de la soledad deseada que se presentará en otoño y en la que ha colaborado activamente la FAMPA como un agente claro, el impulso de un nuevo modelo de cuidados que prioriza la permanencia en el hogar con programas de atención domiciliaria y servicios de proximidad en nuestro entorno, donde vivimos, cerca de la familia, de los vecinos y de las vecinas, en esos lugares que conocemos desde siempre y en los que tenemos nuestra historia, y la hoja de ruta de la accesibilidad universal que abarca no solo a personas con discapacidad, sino a personas mayores, para hacer una Asturias segura y accesible».
«Habéis demostrado que las personas mayores sois una parte fundamental de nuestra sociedad, que estáis aquí presentes, visibles y con mucho que decir, y que además lo hacéis en comunidad, desde el asociacionismo, apoyándoos unos a otros y dando ejemplo de cómo se construye una red sólida, generosa y comprometida», expresó mientras Moriyón, que no quiso dejar pasar, a través de una anécdota vivida en su trabajo en Cabueñes, el cambio vivido en los últimos 30 años en la sociedad en la forma de ver a las personas mayores. «Gracias por lo que hacéis, por lo que sois y por recordarnos que el envejecimiento activo no es una teoría, sino una realidad viva, potente y transformadora», valoró. En su turno, Baragaño apuntó sobre el Día de las Personas Mayores que «queremos que se convierta en una tradición más de la Feria», apuntando que «cualquier sociedad desarrollada que se precie debe tener entre sus grandes objetivos la atención preferente a las personas mayores».
Moda, conferencias y teatro costumbrista
El acto se cerró con la interpretación del himno de Asturias por parte de una pareja de gaita y tambor, junto con una pieza tradicional, y la segunda edición del desfile de moda senior, en el que colaboraron comercios de Gijón, Llanera, Siero, Cangas de Onís y Navia. Por la tarde, a las 16 horas, Amelia S. Rico, de Tea, dará también en el salón de actos la conferencia ‘Mi perro, mi amigo, mi acompañante’, y después, a las 17.15, Trinidad S. Rico, de Rompiendo Distancias Taramundi, hará lo propio con ‘Yo vivo, yo decido’. Para finalizar las actividades por el Día de las Personas Mayores, Teatru Carbayín representará a las 18 horas la obra costumbrista ‘Aires de castaña’.
