La estampación botánica es la técnica sostenible que emplea Sandra Szelag en su tienda-taller para elaborar chales, blusas o faldas, prendas y sistema que va a presentar de la mano de Gijón Impulsa en su stand en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA)

Hace un lustro que Sandra Szelag, titulada en Diseño de Moda y Textil, lleva estudiando la estampación y sus diferentes técnicas «buscando la fórmula con la que yo me sentía más cómoda». Así llegó a la estampación botánica o ecoprint, que «se trata de estampar telas con plantas, con todas las partes de las plantas: con hojas, con flores, con raíces incluso, con semillas… Estampo las telas y luego las convierto en prendas», explica esta artesana de la moda sostenible que abrió hace 3 meses en el barrio L’Arena, en el número 144 de Ezcurdia, su tienda-taller bajo el nombre de Eucalipto y Mimosa.
Allí elabora «chales, blusas, faldas, de todo un poco, en tejidos de algodón cien por cien. Al estar hecha con plantas, el tejido también busco que sea natural. Se puede hacer con otros tejidos, pero yo solamente utilizo algodón, lino…». «La tela hay que prepararla de una forma para que absorba el color, para que quede ahí y no se vaya con los lavados y demás. Hay distintas formas de preparar los tejidos según los resultados que queramos obtener, y luego se colocan las plantas o las flores que se quieran usar. Yo lo hago al vapor; con calor se transfiere el color de las plantas al tejido», explica. El precio de sus prendas está a partir de 40 o 45 euros, los chales más pequeños, y sus clientas son «gente mayor y gente joven concienciada con el tema sostenible», que también pueden participar en los talleres que ofrece bajo el nombre de ‘experiencias’ en las que poder conocer la técnica y realizar sus propios estampados.
Con su presencia en el stand de Gijón Impulsa en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) busca «que la gente me conozca un poco, que pueda comprar, pero sobre todo darme a conocer y dar a conocer esta forma de estampación, que sepan que existe y que se pueden decorar los tejidos con la naturaleza y con plantas que tenemos aquí al alcance de nuestra mano; que no hace falta buscar una planta rara ni nada». No es su primera relación con la entidad municipal, «con la que hice algún que otros curso o taller de emprendimiento hace ya bastante tiempo, y con la que realicé alguna formación durante estos años que he estado buscando mi forma de cómo quería llegar yo a lo que he llegado. Sabía que había esta oportunidad y este año quise aprovecharla».