60 años de sabor en la FIDMA: Los Calamares no pierden fuelle ni suben precios

En la edición 2025 de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), dos de los puestos más icónicos del recinto, Los Calamares y El Chilu, celebran su 60º aniversario reafirmando el modelo que los ha convertido en una referencia gastronómica para generaciones de visitantes. Gestionados por la empresa familiar Exclusivas López, no solo conservan su esencia, sino que además mantienen los precios del año anterior, una decisión poco habitual en tiempos de constantes subidas.
La historia comenzó en 1956, cuando Emilio López y Charo Melero decidieron ofrecer perritos calientes en un entorno en el que este producto era prácticamente desconocido. Lo que empezó como una iniciativa pionera basada en la intuición y la observación del contexto económico y social, encontró su espacio ideal en las ferias. Con la apertura de la Feria de Muestras moderna en 1965, llegó el punto de inflexión: la colaboración con una empresa alemana productora de salchichas les permitió instalarse en el recinto con un estand propio. Aquel verano vendieron miles de unidades en un solo día, lo que marcó el inicio de una etapa de expansión.
El negocio familiar se profesionalizó con el paso del tiempo. A medida que el panorama gastronómico se diversificaba, también lo hacía su carta. A los hot dogs les siguieron baguettes, patatas asadas, gofres, granizados y, sobre todo, calamares. En la década de los 70, la desaparición de sus antiguos proveedores dio lugar a una nueva fórmula de negocio: la venta de bocadillos elaborados con productos de terceros, como los criollos de la marca El Chilu. Esta iniciativa se consolidó hasta adquirir identidad propia con la apertura de un puesto independiente dentro del mismo recinto ferial.
Los actuales responsables de la empresa, que representan la tercera generación de la familia, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin alterar la base del éxito. La clave está en la consistencia. Aunque los procesos se han modernizado, el compromiso con la calidad sigue siendo innegociable. La materia prima, como los calamares, es seleccionada con criterios muy específicos y tratados con un cuidado meticuloso, desde la elección del corte hasta la gestión del aceite en las freidoras, que se cambia cada dos días para mantener el estándar.
Este año, con motivo del aniversario, Los Calamares incorpora una nueva terraza para mejorar la comodidad de los comensales y presenta una mascota en forma de calamar gigante, una escultura de dos metros creada por el artista Tito Sánchez. Todo ello sin perder su ubicación habitual, frente al Pabellón 6, y con una presencia digital activa que incluye sorteos de entradas y productos gratuitos durante los días de feria.
Los Calamares y El Chilu han conseguido lo que pocos negocios logran: permanecer vigentes durante seis décadas sin perder la esencia. En un entorno cada vez más competitivo, siguen siendo un punto de encuentro y una tradición que se transmite de padres a hijos.