Con el incendio declarado en Cobos, en Cangas del Narcea, ya acotado, el Principado llama a «extremar las precauciones»; en UGT valoran positivamente el grado de previsión del Gobierno autonómico, aunque alertan de que «hacen falta más recursos»
Asturias ha vuelto a toparse de bruces con la lúgubre realidad de los incendios forestales. Ya sea por las altas temperaturas que cada vez más dominan los veranos en la región, por una insuficiente inversión en recursos y mecanismos de prevención, por razones alternativas o por una combinación de todo lo anterior, en los últimos dos días el Principado se ha sumado a la lista de comunidades autónomas acosadas por el fuego, y un total de diez focos continúan ardiendo dentro de sus fronteras -concretamente, en los concejos de Allande, Cabrales, Cangas del Narcea, Caso, Coaña y Ponga-, mientras aquellos activos en la vecina León son observados con inquietud, ante la posibilidad de que crucen la frontera. Frente a ese panorama, y si bien el conato detectado en Cobos, en el término municipal de Cangas del Narcea, ya ha sido estabilizado, el Gobierno autonómico ha llamado a que sus ciudadanos «extremen las precauciones» para evitar propagaciones o nuevos incendios, al tiempo que celebra que la Unidad Militar de Emergencias (UME), que mantiene a un millar de efectivos desplegados en diversos puntos del país, haya destinado una parte de sus fuerzas a la región.
A estas horas, el grueso de las unidades se halla concentrado, precisamente, en las inmediaciones de Cobos. Allí, bomberos autonómicos, voluntarios de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) y militares de la UME se afanan por dar por controlado y, finalmente, extinguir las llamas, después de una noche de esfuerzo incansable que, en palabras de Alejandro Calvo, consejero de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias, ha sido «larga«. El propio Calvo ha insistido también en que, «en estos momentos, con las condiciones de sequía, de temperatura y de humedad, pueden producirse fuegos incluso por causas accidentales«, razón por la cual ha llamado a pobladores y visitantes a «extremar la precaución, porque estamos en niveles máximos de riesgo». A ese respecto, esta mañana la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) advertía de que el peligro de incendios continúa en niveles «muy altos o extremos» en la mayor parte de España, y recalcaba que el país se encuentra en el momento más crítico del año. Tanto es así el Gobierno asturiano decretó esta madrugada el paso a Situación 2 dentro del Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales (INFOPA).
En un contexto semejante, con la preocupación ganando terreno entre los ciudadanos y los especialistas trabajando contrarreloj para intentar paliar los efectos del océano de fuego que se ha cernido sobre Asturias, incluso civiles de a pie sin experiencia se han sumado a las tareas de extinción, aportando sus propios recursos al esfuerzo general. Un gesto que Calvo ha celebrado hoy, reconociendo públicamente «la labor de autoprotección de pueblos que se practica en el Suroccidente, así como la colaboración ciudadana, siempre bajo las recomendaciones del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA)», al igual que la contribución del sector hostelero. No en vano, se cuentan por decenas los negocios de esa índole que han abierto sus puertas a los bomberos y vecinos, facilitándoles bebida, comida y espacios de descanso entre acometida y acometida contra el fuego. Incluso Javier Fernández Lanero, secretario general regional de la Unión General de Trabajadores (UGT), ha elogiado esta mañana desde la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) la «buena planificación» hecha por la comunidad, aunque ha llamado la atención sobre la necesidad de «más recursos» y, sobremanera, de «una política nacional contundente; siempre hay errores manifiestos que no deberían darse, como falta de desbroce de montes, de limpieza de ríos… Todo eso debe evitarse».