Pirotecnia Zaragozana detalla el contenido de un despliegue que, en la medianoche de este jueves y por espacio de veintitrés minutos, iluminará el cielo de la ciudad con motivo del festivo de Begoña; las restricciones al tráfico y al estacionamiento comenzarán a primera hora

Puede que, finalmente, no vayan a implementarse puntos de lanzamiento alternativos, más allá del icónico cerro de Santa Catalina, pero ni por esas la Noche de los Fuegos, el gran homenaje de luz, color y pólvora con el que Gijón honrará a la Nuestra Señora de Begoña en la medianoche de este jueves, dejará indiferente al público. Ese es el compromiso conjunto del Ayuntamiento de la ciudad y de Pirotecnia Zaragozana, SA, la veterana empresa encargada del despliegue. Y los datos objetivos anuncian un espectáculo digno de ser visto y recordado… Por espacio de veintitrés minutos, más de 1.600 kilos de material pirotécnico hará refulgir el firmamento gijonés; no en vano, el propio Luis Brunchú, en representación de la compañía, ha confirmado públicamente que se trata de la mayor carga explosiva aginada a un único espectáculo hasta la fecha. Lo ha hecho este miércoles, durante una visita al cerro en compañía de la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo; del presidente de la empresa municipal de festejos Divertia, Oliver Suárez, y de miembros de la Policía Local y de los servicios de Bomberos de Gijón y de Protección Civil.
Durante el tiempo que duren los fuegos, se sucederán cincuenta secuencias perfectamente sincronizadas, cada una de ellas integrada por 220 artículos pirotécnicos diferentes. Así, los más atentos podrán distinguir hasta 21.500 detonaciones, distribuidas estratégicamente para «garantizar una cobertura aérea completa, y un impacto visual continuo sobre el cielo de Gijón». Según el programa facilitado por la empresa, la secuencia de apertura será «de alta intensidad», mezcla de efectos brillantes y sonoros de gran impacto, con una alta cadencia de disparo, y detonaciones rápidas y continuas, a fin de «captar de inmediato la atención del público e iniciar una interacción sensorial directa desde los primeros segundos». Acto seguido se ejecutará un muestrario dinámico y variado de las secuencias centrales, incorporando 35 tonalidades de color y más de cuarenta efectos exclusivos, que incluirán crepitantes, brocados, coronas, truenos, colas de caballo y crossettes, entre otros recursos. Por último, el cierre durará más tres minutos, que requerirá el uso de más de 414 kilos de material. Esta fase final incluirá una diversidad de efectos cromáticos y sonoros, con una progresiva aceleración en velocidad y potencia, culminando en una traca final compuesta por más de mil detonaciones de calibres variados.
Ni qué decir tiene que una apuesta así requerirá de un buen puñado de restricciones al tráfico y al aparcamiento. Desde esta mañana quedará prohibido el estacionamiento de vehículos en Campo Valdés, en la plaza del Arcipreste Ramón Piquero y en la avenida de La Salle, y así se mantendrá hasta que concluya el Restallón, a las 14 horas del viernes. Así mismo, a partir de las 23 horas se restringirá la circulación de vehículos en todo el paseo de San Lorenzo, y se cortarán todos sus accesos; también, y si las condiciones de seguridad así lo aconsejan, se cerrará el acceso a la avenida de José García Bernardo, excepto para residentes. Por su parte, el acceso a Cimavilla deberá hacerse por la plaza del Marques y la calle Oscar Olavarría; en ese sentido, se habilitará una vía de emergencia para la salida del barrio por las calles Vicaría y Oscar Olavarría hacia la plaza del Marqués, controlada por agentes de la Policía Local. Ante tal escenario, el Gobierno gijonés recomienda encarecidamente el uso del transporte público en ambos eventos, e insta a ciudadanos y turistas a respetar las indicaciones de los agentes de la Policía Local destinados al control de estos eventos.