El sindicato rural alerta de que, con 3.000 reses muertas al año, tanto en explotaciones lecheras como en zonas de costa y naves ganaderas, la situación se ha tornado «insostenible»

Nueva andanada del rural asturiano contra el Gobierno autonómico por el papel de este último ante la situación del lobo ibérico. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) ha criticado ese jueves la «dejadez» e «inacción» del consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, ante los ataques de dichos animales a piezas de ganado en distintos puntos de la región. Una dinámica que, a juicio del mencionado sindicato, se ha tornado «insostenible», toda vez que, siempre según sus afirmaciones, cada año se producen 3.000 muertes de reses por esa causa, las reses muertas, tanto en explotaciones lecheras como en naves ganaderas y zonas de costa.
Así las cosa, la organización recuerda que el Plan de Gestión del Lobo aprobado en abril autorizaba la extracción de 53 ejemplares y cuestiona si se ha ejecutado. «Si el consejero no es capaz de gestionar este problema, debe apartarse y dejar paso a quien sí lo haga», advierten los responsables de ASAJA. Los mismos que insisten en que la situación que vive la ganadería asturiana por los ataques de lobo «ha superado todos los límites tolerables», incidiendo en que, lejos de concentrarse en las zonas de montaña o en los pastos comunales, los ataques se producen ya en cualquier punto de la geografía asturiana, incluidas zonas costeras y explotaciones de leche, llegando, incluso, a las puertas de las casas y dentro de las naves ganaderas.
«Mientras el campo sufre, el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, ha centrado buena parte de su agenda estival en actividades institucionales y de representación, en lugar de abordar con urgencia un problema que destroza el día a día de cientos de explotaciones», han lamentado fuentes de ASAJA, que hablan de ataques recientes en Salas, donde tres lobos acabaron con un ternero a escasos metros de las viviendas. También en Miudeira, en territorio de El Franco, donde otro lobo mató a una cría recién nacida dentro de la estabulación. E, incluso, en Cangas de Onís, allí, un ganadero perdió ocho ovejas, y otras tantas quedaron heridas de gravedad.