El ‘barrio alto’ de Gijón se zambullirá es sus particulares celebraciones del 5 al 15 de septiembre; el programa aún no ha trascendido, aunque todo apunta a que la carpa en L’Atalaya, la decoración de las calles y la emblemática cucaña repetirán

Pues… Adiós a una ‘Semanona’ más. Cumpliendo de nuevo con esa máxima que reza que todo lo bueno, por defecto, se acaba, Gijón despidió ayer viernes una nueva edición de su fiesta por antonomasia, dejando a miles de vecinos, y a un buen puñado de foráneos, nostálgicos de folixa y ansiosos porque llegue la siguiente cita. Pues bien, cierto es hasta llegar a ello hará falta un poquito de paciencia… Pero tampoco mucha. Porque la Comisión de Festejos de Cimavilla ha confirmado ya las fechas oficiales durante las que se desarrollarán las celebraciones en el ‘barrio alto’ de la ciudad. Y bastará con aguantar hasta el 5 de septiembre para que, desde entonces y hasta el 15 de ese mismo mes, la zona y la urbe en bloque vuelvan a vibrar con la que es una de las verbenas más representativas del verano gijonés.
Si bien la programación completa para esos días aún se está elaborando, y nada de ella ha trascendido todavía, en todas las quinielas aparecen como seguras algunas de las referencias por antonomasia de las fiestas de Cimavilla, como la colorida decoración de calles y plazas, el desfile de cabezudos, la instalación de la carpa para conciertos en lo alto de L’Atalaya, a escasos metros del edificio de Tabacalera, o la convocatoria de la no menos típica cucaña en el Puerto Deportivo. La expectación es grande, desde luego, si bien, por ahora, los seguidores de esta cita deberán conformarse con el muy celebrado cartel oficial, realizado por el artista gráfico MAG, y que constituye un homenaje a las históricas pescaderas del ‘barrio alto’, aunque adaptando su leyenda al presente por medio de una mujer ataviada como aquellas, pero profusamente tatuada. Una fusión entre el ayer y el hoy con una fuerte carga feminista.