Investigadores de la Universidad de Oviedo forman parte del equipo del proyecto Hyper-Kamiokande, que ha dado un paso hacia adelante con la finalización de la excavación de un espacio de grandes dimensiones bajo una montaña en Japón para albergar el mayor detector de neutrinos del mundo

Es simplemente espectacular: un techo abovedado de 69 metros de diámetro, seguido de un cilindro de 73 metros de altura, excavado a 600 metros de profundidad bajo una montaña en Hida, una ciudad en el centro de Japón. 330.000 metros cúbicos de roca han sido retirados para hacer realidad el espacio, una de las cavidades artificiales más grandes jamás excavadas en roca maciza, comparable a grandes infraestructuras hidroeléctricas, trabajos que se iniciaron en 2022, que albergará el mayor detector de neutrinos del mundo para desarrollar el proyecto Hyper-Kamiokande, una iniciativa de la Universidad de Tokio y la organización KEK (High Energy Accelerator Research Organization) en la que participa la Universidad de Oviedo.
Científicos de la institución asturiana, un equipo formado por investigadores del ICTEA, pertenecientes el grupo MOMA y a los departamentos de Física, Matemáticas, Explotación y Prospección de Minas, Ingeniería Eléctrica, Electrónica, de Comunicaciones y de Sistemas y Construcción e Ingeniería de Fabricación, juegan un papel clave en el desarrollo y validación de componentes esenciales para el experimento, así como en el análisis de los datos que permitirán abordar preguntas fundamentales como ‘¿por qué existe más materia que antimateria en el universo?’, ‘¿son los protones realmente estables?’ o ‘¿Cómo se comportan los neutrinos, las partículas más elusivas que conocemos?’. «Formar parte de un proyecto de esta magnitud no sólo es un privilegio, sino una oportunidad única para contribuir al conocimiento universal desde Asturias. Nuestro trabajo es esencial para el buen funcionamiento del proyecto que ayudará a entender mejor el origen del universo y las leyes que lo rigen, dado que estamos encargados del diseño del sistema de compensación del campo magnético terrestre, que podría afectar a las medidas futuras si no se logra cancelar por debajo de un cierto umbral», señala el profesor Daniel Santos, investigador del departamento de Física de la Universidad de Oviedo y también del ICTEA.
En total, en el Hyper-Kamiokande participan 630 investigadores de 22 países. Con un volumen útil 8,4 veces superior al del emblemático Super-Kamiokande, contará con 260.000 metros cúbicos de agua ultrapura y más de 20.000 sensores de luz de alta tecnología para estudiar con una precisión sin precedentes las propiedades de los neutrinos, buscar pruebas de la desintegración del protón y validar teorías que tratan de unificar las fuerzas fundamentales de la naturaleza. La siguiente fase será la conversión del gigantesco hueco en un tanque hermético capaz de contener esa agua ultrapura, cuya instalación se prolongará hasta 2027, para seguir con la colocación de los miles de fotodetectores que permitirán captar las esquivas señales producidas por los neutrinos. Cuando el detector entre en funcionamiento, a finales de esta década, la comunidad científica espera que Hyper-Kamiokande abra una nueva ventana para entender el origen y evolución del cosmos.
