La Comisión de Festejos se muestra comprensiva con la decisión del grupo de suspender el concierto, y busca a «un individuo con camiseta negra y un brazo tatuado» como presunto agresor; su víctima, David Carrasco, afirma que, «si me llega a dar en el ojo, creo que lo pierdo»
Ni en Contrueces, ni en toda Gijón, ni en ninguno de los muchos lugares a los que ha llegado la noticia acaban de explicarse el por qué de la misma… Pocas personas, por no decir ninguna, entienden qué pudo llevar a uno de los integrantes del público, aún no identificado, a arrojar una botella de vidrio contra David Carrasco, uno de los integrantes del grupo Tekila, durante su actuación de este lunes en las fiestas del barrio, forzando la suspensión del concierto y contaminando con una pátina de malestar unas celebraciones, por lo demás, exitosas y masivamente celebradas. En fin, seguramente haya que esperar hasta dar con el agresor, «un individuo con camiseta negra y un brazo tatuado«, según testigos presenciales, para conocer sus motivaciones… Por ahora, lo que sí han hecho desde la Comisión de Festejos de Contrueces es manifestar públicamente su rechazo a lo sucedido, y agradecer las masivas muestras de apoyo recibidas. A ese último punto se ha sumado, a través de sus redes sociales personales, el mismo Carrasco, ya muy recuperado de la hinchazón en su ceja y su pómulo, aunque consciente de lo poco que faltó para que el daño causado por el ataque fuese mayor. Mucho mayor.
«Lo ocurrido es un acto profundamente triste y cobarde, llevado a cabo únicamente con la intención de hacer daño«, han expresado mediante un comunicado los directivos de la Comisión, presidida por María Sánchez. La misma María Sánchez que, en el momento en que la empresaria y vocalista de Tekila Marga González, trasladó su determinación de no proseguir con el espectáculo, intentó, entre lágrimas, disculparse con los miembros del grupo y con los cientos de espectadores reunidos ante el escenario. «Respaldamos plenamente la decisión, porque después de tantos meses de esfuerzo, de superar problemas y de luchar para que todo saliera bien, resulta doloroso que el titular de nuestra fiesta termine siendo este incidente«, ahondan en el barrio, si bien puntualizan que el suceso «no estaba bajo nuestro control; nadie puede prever algo así«. Ahora, los esfuerzos están puestos en dar con el autor del botellazo… Y, en ese sentido, además de los varios testimonios verbales disponibles, fue una suerte que el concierto fuese grabado desde el aire, en alta calidad de vídeo, por los drones de la empresa Almadron, un valioso documento audiovisual que, quizá, ayude en esa cruzada. Hasta entonces, en Contrueces se intenta que prime el valor de las «muchas muestras de apoyo recibidas«, incluidos los abrazos que decenas de asistentes ofrecieron a Sánchez. «Ese gesto colectivo nos llegó al corazón«, aprecian, al tiempo que confían en la pronta recuperación de Carrasco.
De hecho, el aludido también ha alzado la voz para valorar lo acontecido el lunes en Gijón. Ya «mucho mejor» de las consecuencias del impacto, y con la mirada puesta en el concierto de mañana jueves en Avilés, el vocalista de Tekila subía anoche un vídeo a su perfil de Instagram para «agradecer de corazón a toda es gente que me ha escrito«, en una reacción colectiva que ha llevado a que su bandeja de entrada de mensajes esté «saturada» de muestras de apoyo. No obstante, en la grabación en cuestión Carrasco también dedica unas palabras al responsable de la ‘gracia’… Y no precisamente positivas, como cabría esperar. «Sólo un descerebrado, un animal, un tonto o un delincuente hace este tipo de cosas«, reflexiona el artista, consciente de que los efectos del ataque podrían haber sido sustancialmente peores. «Me dio en el pómulo y en la ceja, y la hinchazón ya ha bajado bastante, pero si me llega a dar en el ojo, creo que lo pierdo«, teoriza. A ese respecto, conviene recordar que Carrasco hubo de bajar del escenario con la parte del rostro en la que encajó el impacto cubierta con una bolsa de hielo, una estampa sobradamente grabada por decenas de smartphones desde la zona del público. Por su parte, el grupo Tekila aún no se ha pronunciado oficialmente.
Más allá del suceso propiamente dicho, desde la Comisión de Festejos también han aprovechado el comunicado para hacer balance del nuevo modelo de fiesta, cuya principal novedad fue el establecimiento de una zona acotada con dos puntos de acceso, lo que forzó a cobrar un euros simbólico para entrar al recinto. Pese a lo contestado de la medida en el momento de su imposición, y a que llegó «fuera de tiempo y forma«, en Contrueces «estamos muy satisfechos con el resultado; conseguimos un ambiente aún más familiar y seguro, logrando un filtro natural para que quedaran fuera quienes solo buscan generar problemas»… Salvando al ‘gracioso’ de la botella, desde luego. Aun así, en el barrio aprovechan para cargar nuevamente contra la «incoherencia» de la gestión municipal. «No nos podemos explicar cómo, desde el Ayuntamiento, se nos exige control de accesos y asistencia sanitaria dentro del recinto y, sin embargo, son nuestros sanitarios contratados los que acaban teniendo que asistir a jóvenes, muchos menores de edad, con comas etílicos fuera de la fiesta, donde no se estableció ningún control«, relatan. Tanto es así, prosiguen en el texto, que «el desfase fuera del recinto, con botellones descontrolados, peleas entre grupos de jóvenes y demás, se les fue completamente de las manos«, la prueba definitiva de que «vuestra gestión (la del Consistorio gijonés) hace aguas, pero vuestro silencio habla a voces«.
