Pese a las buenas noticias, el presidente Barbón llama a no abandonar la «prudencia» en las zonas más afectadas por el fuego, y recuerda que todavía hay trabajos en curso para enfriar los focos más virulentos de los últimos días

Los soles de cada nuevo día ya no se esconden tras la pátina de humo negruzco que domina los cielos… El olor a quemado comienza a remitir… Y, aunque se suceden los paisajes arrasados, las llamas que los provocaron, al menos, parecen ahora algo mucho menor de lo que han llegado a ser en las últimas semanas. Efectivamente, Asturias parece volver a respirar con relativa tranquilidad después de que, en la tarde de ayer, la consejera de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo, y vicepresidenta del Gobierno autonómico, Gimena Llamedo, anunciase el regreso a la fase de emergencia en Situación 0 del Plan de Incendios Forestales del Principado de Asturias (INFOPA). Una medida propiciada por el hecho de que, en esos instantes, sólo cinco fuegos siguiesen ardiendo en la región, ninguno de ellos activo. Aun así, que nadie se lleve a engaño… El infierno podría reactivarse si no se siguen las debidas medidas de prevención que, todo sea dicho, son responsabilidad de todos los ciudadanos.
Lo primero de todo, una mirada a lo práctico. En los compases finales del sábado había en el Principado dos incendios estabilizados en Ibias y Genestoso, y otros tres controlados en Tineo, Degaña y Somiedo. En el caso del de Ibias este sábado, ayer se mantuvieron las labores de remate y liquidación, acometidos por efectivos de Bomberos de Asturias, de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Tineo y de una empresa forestal; entre todos completaron el tendido de los cortafuegos en Villarcebollín y de Cecos a Villarmayor, pasando a continuación, con la maquinaria pesada disponible, a Piñeira y Andeo. Por su parte, en Genestoso se siguió con el chapeo, a cargo de profesionales autonómicos y de una empresa privada, coordinados desde el Puesto de Mando Avanzado (PMA), instalado en San Antolín de Ibias. Finalmente, los frentes de Tuña-Merillés, en Tineo; de Valdeprado, en Degaña, y de Caunedo-Gúa, en Somiedo, figuraban ya bajo control.
«Sabemos que los incendios han cambiado, tienen una rapidez mucho mayor, se propagan de otra manera, y en esa interfaz hay que actuar para proteger los pueblos»
Adrián Barbón, presidente del Principado
Satisfecho con las buenas nuevas, pero también decidido a evitar, en la medida de lo posible, que una marea de fuego semejante se repita, el presidente del Principado, Adrián Barbón, aprovechó su visita de ayer a Villamayor, en Ibias, para llamar a todos los ciudadanos del Asturias a la «prudencia», particularmente en las zonas más afectadas por los fuegos, ya que todavía se sigue trabajando en enfriar el terreno. Y pocos lugares hay mejores que el elegido para formular tal invitación… No en vano, la virulencia de lo ocurrido estas semanas quedó especialmente de manifiesto en Villamayor, uno de los pueblos que hubo de ser evacuado por aire y que, recordó Barbón, pudo ser salvado «en el límite», cuando las lenguas de fuego casi lamían las viviendas del perímetro exterior. A fecha del sábado la tierra todavía estaba «muy caliente», lo que hace muy real el «riesgo de rebrote».
Claro, que, una vez superada la crisis, o con la misma aparentemente a punto de terminar, es hora de mirar hacia el futuro. A ese respecto, Barbón recalcó ayer que, de cara al presupuesto autonómico de 2026, se impulsará una línea de financiación específica para los Ayuntamientos, «para que actúen en la interfaz de los pueblos, porque sabemos que los incendios han cambiado, tienen una rapidez mucho mayor, se propagan de otra manera, y en esa interfaz hay que actuar para proteger los pueblos». Y se despidió de los medios apelando, como tantas otras veces desde que se declarase el primer frente, a la prudencia y al sentido común de los vecinos, insistiendo en que, «a la mínima amenaza» de voluntad de prender un foco, se denuncie para que se pueda «actuar con la contundencia de la ley».