
Garantizar que todas las personas, sin importar su movilidad, puedan acceder a cualquier grada, palco o aseo de Las Mestas no solo es posible, sino que es urgente y obligatorio
El Concurso Hípico Internacional de Gijón es uno de los eventos más emblemáticos del verano gijonés. Miles de personas acuden a Las Mestas para disfrutar del espectáculo deportivo y del ambiente festivo. Pero, mientras se anuncian mejoras como más aseos, pantallas gigantes y sistemas digitales de entrada y en apuestas, surge una pregunta clave: ¿es el recinto realmente accesible para todas las personas?
El complejo municipal sigue presentando serias barreras arquitectónicas que limitan el acceso a parte de su público, especialmente a quienes utilizan bastón, muletas o silla de ruedas.
Las barreras en tribunas y palcos
Las gradas y palcos son, precisamente, los puntos donde más se evidencian las barreras arquitectónicas. Muchos aficionados con movilidad reducida se encuentran con plazas mal ubicadas, en zonas laterales o a pie de grada, con visibilidad limitada. Y los palcos presentan escalones o desniveles sin alternativa accesible, pasillos estrechos y barandillas que dificultan la accesibilidad y limitan en ocasiones la visión a quienes tienen una movilidad reducida, personas con bastón, muletas, o en silla de ruedas.
La grada portátil que se instaló para ampliar aforo tampoco siempre garantizan espacios reservados ni itinerarios accesibles propios, lo que contradice lo establecido por la normativa.
La accesibilidad en recintos deportivos y culturales no es una opción, sino una obligación legal. Y más siendo un recinto municipal, al que la Ley obliga a eliminar las barreras arquitectónicas.
El Patronato Deportivo Municipal anunció avances para esta edición: nuevos aseos, digitalización de accesos y apuestas, y más servicios para el público. Sin embargo, asociaciones de personas con discapacidad reclaman ir más allá: mapas claros de itinerarios accesibles, más plazas reservadas en tribunas y palcos con visibilidad plena, aseos accesibles en cada zona, barras de hostelería a doble altura y planes de evacuación inclusivos.
No se trata solo de cumplir con mínimos legales, sino de garantizar que todas las personas puedan disfrutar de uno de los eventos deportivos y sociales más importantes de la ciudad en igualdad de condiciones.
El Hípico no es solo un concurso de saltos, es una tarjeta de presentación de Gijón hacia dentro y hacia fuera. Lograr que Las Mestas sea un recinto inclusivo, sin barreras, enviaría un mensaje claro de modernidad, respeto y compromiso social.
La accesibilidad no resta, suma: mejora la experiencia de los espectadores, amplía la base de público y proyecta la imagen de una ciudad abierta y comprometida con los derechos de todas las personas.
Tribunas Este y Oeste: un reto pendiente
Las tribunas principales, situadas en las alas Este y Oeste del recinto, resultan de difícil acceso para personas con movilidad reducida. Los escalones en los pasillos y la ausencia de rampas o plataformas adecuadas obligan a muchos aficionados a detenerse en las zonas bajas, impiendo o dificultando ocupar los asientos que han pagado (a un precio no barato, con una subida en esta edición del 10% respecto al 2024).
Para ser exactos, la tribuna Este tiene una sola plataforma eléctrica de ascenso y descenso escaleras silla ruedas. Y en la tribuna Oeste, no existe nada que facilite su acceso o estancia en sus palcos. Esta última, para ser sinceros, merece ya una reforma integral.
El marco legal es claro y de obligado cumplimiento.
- La Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad (RDL 1/2013) establece la accesibilidad universal como un derecho básico.
- El Código Técnico de la Edificación (DB-SUA) exige plazas reservadas en gradas y palcos, itinerarios accesibles y aseos adaptados en recintos con público.
- En Asturias, la Ley 5/1995 de promoción de la accesibilidad obliga a eliminar barreras en edificios y espacios públicos.
- Y, en el ámbito local, los recintos municipales como Las Mestas deben ser un ejemplo de cumplimiento, no una excepción.
Una cuestión de derechos, no de detalles
La eliminación de barreras arquitectónicas no es un capricho ni una mejora opcional: es una obligación legal y, sobre todo, una cuestión de derechos. En un evento de proyección internacional como el Hípico, mantener escalones en baños, accesos restringidos en tribunas y palcos sin alternativas accesibles proyecta una imagen de ciudad poco inclusiva.
Garantizar que todas las personas, sin importar su movilidad, puedan acceder a cualquier grada, palco o aseo de Las Mestas no solo es posible, sino que es urgente y obligatorio. Gijón tiene la oportunidad —y la responsabilidad— de convertir este recinto municipal en un espacio de referencia en accesibilidad, a la altura de la importancia que el Hípico (o cualquier evento que se celebre en el) tiene para la ciudad.
Jorge Hurlé Palacio es delegado en Asturias de la Asociación Española de Protocolo y trabaja en la producción y organización de eventos


