La presencia de la exconcejala del PSOE, quien acusó al ‘+’ de las siglas LGTBIQ+ de dar cabida a la pedofilia, como conductora de una de las jornadas de la Muestra de Cine Lésbico divide al feminismo; Podemos se declara aliado de XEGA en esta cuestión
La edición de este 2025 de la Muestra de Cine Lésbico de Asturias, la cuarta de su todavía escueta historia y que arrancó ayer lunes con la proyección de la cinta ‘Disobedience’, será recordada no por la calidad de las películas ofrecidas, ni por el interés o la profundidad de los debates que rodean cada una de esas sesiones cinematográfica… Sino por el escándalo generado por la inclusión, en calidad de moderadora de la cita de mañana miércoles, de la exconcejala del PSOE Dulce Gallego Canteli, encargada de presentar la británica ‘Ammonite’ en la Escuela de Comercio de Gijón. Así, el pasado jueves la Asociación XEGA hizo pública su desvinculación del certamen por esa presencia de Gallego, quien a finales de 2024 afirmó que el signo ‘+’ de las siglas LGTBIQ+ daba cabida a conductas «pedosexuales», a las que asimiló con la «pedofilia». Cuatro días después, ayer lunes, el Consejo de Asociaciones de Mujeres de Xixón remitía a los medios un comunicado en el que expresaba su apoyo a Gallego… Con un matiz relevante: de las diecinueve entidades lo conforman, entre asociaciones de diverso tipo, partidos políticos y sindicatos, sólo doce plasmaron su firma en el documento. La siete ‘rebeldes’ dan la medida de la fisura que se ha abierto en esa entente feminista; la misma que ha llevado a Podemos Xixón, una de las fuerzas ausentes, a criticar que se hable de un posicionamiento general del Consejo cuando son tantas las críticas que manan de su seno.
Contrario a lo que definen como «prácticas cancelatorias que, disfrazadas de expresión responsable de ciudadanía, intentan silenciar e invalidar opiniones, debates y razonamientos expulsando a las disidentes del espacio público«, en referencia a la postura de XEGA, el texto enviado por el Consejo pone en valor la trayectoria feminista de Gallego, enfatizando su «innegable compromiso personal y político con la igualdad entre hombres y mujeres, y con los derechos de la comunidad LGTBI«. De hecho, son precisamente esos atributos y experiencia los que, siempre según lo contenido en el escrito, justifica la presencia de Gallego en la Muestra; en ese sentido, los autores del documento recuerdan que «las discrepancias y los desacuerdos son necesarios para el avance de cualquier sociedad democrática«, y advierten de que «aquellos espacios en donde la discrepancia y la disidencia son castigados se convierten en lugares autorreferenciales que refuerzan identidades a costa del pensamiento crítico, y que dificultan el diálogo, la pluralidad de ideas y posiciones y, a la larga, la convivencia y el reconocimiento mutuo«. Y ese escenario, concluyen, no resulta nada deseable en un momento en el que por doquier «avanzan las posiciones más reaccionarias contra los logros de las mujeres y el colectivo LGTBI«. Alegatos todos hecho, eso sí, prescindiendo tanto de la ‘Q’ como del ‘+’ en las siglas, un recuerdo de la vigencia de ese pulso dentro de la izquierda que en 2024 abrió el PSOE nacional con su decisión de eliminar ambos elementos.
«Es osado que se tache de cancelación la decisión libre de no compartir espacios con personas que se muestran abierta y públicamente hostiles al colectivo»
Podemos Xixón
Claro, que poco, o nada, de lo anterior hacía mella en la ‘línea roja’ trazada por las entidades opuestas, fortificadas en la negativa a aceptar que alguien que defiende planteamientos como los esgrimidos por Gallego tenga cabida en la Muestra. Y ese sentir lo resumía al final de la tarde de ayer, por medio de una nota de prensa, Podemos, una de esas fuerzas ausentes junto con Izquierda Unida (IU), el Partido Popular (PP), la Asociación Mil Voces Violetas y los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO), Unión General de Trabajadores (UGT) y Unión Sindical Obrera (USO). «Tiene el mismo derecho a expresar sus puntos de vista que cualquier otra persona o colectivo interpelado a rechazarlos; el derecho que nadie ostenta en esta sociedad es el de difamar, ni el de promover discursos de odio«, planteaban en el partido ‘morado’, del lado de XEGA al apuntar que «este tipo de agresiones son incompatibles con la seguridad, la dignidad y el bienestar de las personas». Más aún, en su texto también se dirige el foco al propio Consejo, afeándole que «en nuestro nombre se justifiquen las difamaciones LGTBIQfóbicas y se adopte el discurso de una falsa cultura de la cancelación que promueven las ultraderechas«. Y concluye considerando «osado» tanto las críticas a XEGA, como se «que se tache de cancelación la decisión libre de no compartir espacios con personas que se muestran abierta y públicamente hostiles al colectivo«.
