La propuesta conjunta de IU y Podemos para elaborar dicho marco normativo, y para constituir un recurso de apoyo, se topa con el rechazo de Foro y del PP; sí conceden la necesidad de actualizar la norma vigente e informar con antelación a los vecinos

A apenas once días para que comience oficialmente el otoño, el verano que pronto acabará dejará para la historia unos cuantos hechos peculiares en lo que concierne a las fiestas que amenizan los barrios y parroquias de Gijón. Peculiares… Y no siempre positivos. Recordemos el caso de las celebraciones de Jove, que la Policía Local detuvo por una supuesta vulneración de la hora límite de la verbena de clausura. O las de Contrueces, donde, botellazo a uno de los artistas de Tekila al margen, fue preciso desplegar un sistema de seguridad digno de un macrofestival. O las de Pumarín, cuya hora de finalización fue modificada en el último momento. Por todo ello, a finales de agosto tanto la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) como la Federación Rural ‘Les Caseríes’ solicitaron una unificación de criterios reguladores… Petición que el Gobierno ha optado por desoír. En el marco del Pleno ordinario de septiembre, celebrado ayer, los votos de Foro, PP y del concejal Oliver Suárez tumbaron una propuesta conjunta de Izquierda Unida (IU) y Podemos para crear tanto una ordenanza reguladora única, como un recurso de apoyo que, en los meses críticos, resuelva las dudas de las entidades vecinales. Dos herramientas que, en opinión del Ejecutivo gijonés, y a pesar de las demandas expresas de los ciudadanos, hoy por hoy no hacen falta.
«Nos reuniremos con los barrios y parroquias para explicarles todos los elementos, pero no creemos necesaria una ordenanza, aunque sí actualizar la normativa vigente«, respondió el titular de Festejos, el forista Jesús Martínez Salvador, a las defensas hechas por los portavoces de IU, Javier Suárez Llana, y de Podemos, Olaya Suárez. Los mismos concejales que, en su turno de palabra, expusieron la validez de las fiestas populares como mecanismo para «tejer comunidad y crear espacios de encuentro», y alertaron de que, sin apoyo del Consistorio, celebraciones como las de Cimavilla podrían estar avocadas a la extinción. El propio Martínez Salvador no ignoró parte de esas preocupaciones… «Es un problema complejo; pese a que este año los permisos se han concedido con mayor antelación, en general no es con la necesaria, y no es extraño que se firmen el mismo día que empiezan las fiestas«, admitió. Sin ir más lejos, instantes antes del comienzo del Pleno se formaba la autorización para las festividades de El Coto, Que que empezarán en apenas dos días». Ahora bien, para el portavoz de Foro el que no haya «dos fiestas iguales» dificulta «establecer una directriz general», aparte de que, «si ya tenemos problemas para gestionar lo que ya tenemos entre manos, añadir otro recurso puede ser problemático«.
Aunque la votación ya estaba perdida en ese punto, ni Suárez Llana, ni Olaya perdieron la oportunidad de afear al Gobierno su posicionamiento. Y lo hicieron volviendo contra Martínez Salvador sus propias armas; es decir, rescatando el argumento con el que defendió el martes la congelación de los impuestos, tasas y precios públicos en la ciudad, alegando entonces que «hacer más con menos es posible». «¿No es eso lo que dicen ustedes?«, le recordó ayer Olaya Suárez, no sin antes afearle que «si hay alguien a quien beneficia todo esto, es a OTEA; ahí sí que están contentos«. Ni siquiera los argumentos expuesto por el PSOE, más calmados, surtieron efecto alguno en el Ejecutivo local; y eso que el concejal socialista Jacobo López apeló a la idea de constituir «un buen proyecto, una herramienta que recupere y proteja las fiestas tradicionales, creando un grupo de trabajo serio«. Pero ni por esas. Los votos en contras de las tres fuerzas que constituyen el Gobierno relegaron la cuestión al cajón del olvido. Ahora, queda por ver si esas conversaciones prometidas con las asociaciones vecinales llegan a materializarse… Y si surten efecto.
Así se trabaja desde el Ayuntamiento de Gijon, todo lo que Otea propongan bienvenido sea aunque moleste a los vecinos, pero para las fiestas de barrio disfrute de los vecinos todo trabas