El edificio que el partido de Moriyón descartaba como solución es hoy su apuesta cultural para exponer temporalmente el legado de Piñole
La política cultural gijonesa vive estos días un episodio marcado por la incoherencia. En 2018, la entonces edil de Cultura de Foro, Montserrat López Moro, rechazaba de plano que el Palacio Revillagigedo pudiera convertirse en un espacio museístico de referencia. Lo consideraba insuficiente en superficie y deficiente en iluminación, climatización y distribución. Aseguraba además que asumir su gestión sería convertir al Ayuntamiento en rehén de un “pozo sin fondo” económico.
Siete años después, el discurso ha cambiado por completo. El actual gobierno local, con Foro al frente y el respaldo del PP, ha anunciado el desalojo inmediato del Museo Nicanor Piñole de la plaza de Europa y el traslado de su colección al Revillagigedo, donde se expondrán más de un centenar de obras, frente a las ochenta que hoy se muestran. El argumento oficial es que la instalación de la Oficina de Igualdad en el inmueble actual obliga a reubicar el legado del pintor, y que la operación permitirá exhibir un volumen de piezas inédito hasta ahora.
La paradoja es evidente: aquello que en 2018 se consideraba inviable, hoy se presenta como una oportunidad. La responsable municipal de Cultura, Montserrat López, defendió en el pleno de este miércoles que “no vamos a meter los cuadros en un almacén, vamos a sacarlos. Actualmente solo se expone un 39% de la colección; nuestro objetivo es mostrar mucho más”.
El viraje ha generado un intenso debate político y social. Vecinos, asociaciones culturales y la oposición cargaron contra el cierre del museo de la plaza de Europa, recordando que la escritura de donación de 1989 obligaba a mantener una sede permanente. La presidenta de la Asociación Vecinal Jovellanos, María Teresa Martín, lo expresó con claridad: “No entendemos cuál es la urgencia para desalojar el museo. No aceptamos que se desmantele sin justificación un servicio público cultural y educativo de primer orden”.
El Grupo Socialista intentó frenar la operación con una moción para mantener abierto el museo hasta contar con una alternativa definitiva. No prosperó: Foro, PP y el concejal no adscrito votaron en contra. Y ahí se produjo otra incoherencia llamativa. La vicealcaldesa popular Ángela Pumariega había criticado en agosto el plan de Foro, afirmando que “no parece razón suficiente para privar durante años a la ciudadanía de esta emblemática instalación”. Sin embargo, en el pleno el PP dio un giro de 180 grados y apoyó el desalojo.
El caso Piñole se convierte así en un símbolo de las contradicciones de la política cultural gijonesa. Foro, que en su día defendió Tabacalera como la única solución viable y descartó el Revillagigedo como alternativa, impulsa hoy la mayor muestra de Piñole precisamente en ese edificio. El PP, que inicialmente cuestionó el cierre del museo, ha terminado respaldando la operación. El legado de Piñole, llamado a ocupar su sede definitiva en Tabacalera en 2027 tras una inversión de 22 millones de euros, protagoniza una polémica que desnuda las incoherencias de los discursos políticos cuando se confrontan con las decisiones de gobierno.
