El acusado, que perpetró los hechos en marzo del año pasado, ha aceptado la pena de dieciséis años de prisión que solicitaba la Fiscalía, y deberá indemnizar al hermano de su víctima con 15.000 euros; a su favor ha jugado la atenuante de drogadicción

Sí… Lo hizo. Bien es cierto que nunca lo ha negado en el año y medio transcurrido desde entonces pero, esta vez, ha sido durante la vista celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, con sede en Oviedo, cuando el hombre acusado de hacer acabado con la vida de Santos Conrado, su casero y compañero de domicilio, en La Felguera en marzo de 2024 lo ha confesado todo. El apuñalamiento de su víctima por negarse a proporcionarle cocaína, el posterior descuartizamiento del cuerpo, el intento infructuoso de deshacerse de los restos… Todo. Y también ha aceptado la pena de dieciséis años de prisión solicitada por la Fiscalía para pagar por el truculento crimen, así como el pago de una indemnización de 15.000 euros al hermano del fallecido.
Según ha confirmado el Ministerio Fiscal, el procesado residía en una de las habitaciones del piso del que Conrado, de 72 años, era propietario, situado en el barrio felguerino de El Villar. Alrededor de las 18.30 horas del 17 de marzo del año pasado un agitado inquilino, consumidor de estupefacientes, abordó a su casero, pidiéndole una dosis de cocaína -de la que era dependiente- con la que aplacar la ansiedad que padecía. Conrado se negó… Y ese fue el detonante del truculento suceso. Frustrado por la respuesta, el atacante empuñó una navaja ‘mariposa’, o balisong, y, con ella, asestó tres puñaladas en el tórax a su acompañante; de ellas, la mortal penetró en el corazón, a la altura del ventrículo izquierdo. El fallecido fue incapaz de oponer resistencia.
En prisión provisional comunicada y sin fianza desde entonces
Con el cadáver ante sí, el procesado optó por el desmembramiento como forma para tratar de hacerlo desparecer. Valiéndose de una radial, descuartizó el cuerpo de Conrado e introdujo las partes en bolsas que, en los días siguientes, fue arrojando en distintas zonas cercanas a la vivienda. En este punto, conviene mencionar que, tal como afirman fuentes ajenas a la Fiscalía consultadas por este diario, dichas bolsas fueron almacenadas en la nevera, para evitar olores que delatasen al autor. Sin embargo, de nada sirvieron esas precauciones. Poco después el ahora enjuiciado fue detenido; desde entonces, permanece en prisión provisional comunicada y sin fianza.
Más allá de esos dieciséis años en la cárcel, y de los 15.000 euros con los que deberá indemnizar al hermano de Conrado, el sujeto pasará su tiempo en prisión sometido a un régimen de inhabilitación absoluta, otros cinco años bajo libertad vigilada y, una vez quede en libertad, tendrá prohibido aproximarse a menos de de cien metros del mencionado, así como comunicarse con él, durante los siguientes veinte. Por supuesto, el abono de las costas correrá de su cuenta… Si bien procede matizar que a su favor ha jugado la atenuante por drogadicción.