La primera asamblea de la plataforma ‘Apadrina un edificio’ marca el inicio de una nueva etapa para un proyecto que defiende que el patrimonio es un bien común que debe ser protegido entre todos
La plataforma ciudadana Apadrina un edificio ha dado un paso adelante en su consolidación con la celebración de su primera asamblea como asociación, en la que se sentaron las bases para su constitución definitiva. El encuentro, celebrado ayer en Gijón, sirvió para definir una hoja de ruta de trabajo y confirmar el respaldo ciudadano a una iniciativa que busca implicar a la población en la defensa del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Uno de los impulsores de la plataforma, David Alonso, se mostró satisfecho con la acogida recibida en estos primeros meses. “Estamos muy contentos por la acogida, tanto si nos fiamos por la cantidad de gente que se ha ido acercando y ha padrinado y ha madrinado, ya pasamos de los más de 300 edificios que tendremos apadrinados y amadrinados, como por el interés mostrado por la gente en participar y en el patrimonio arquitectónico de la ciudad”, explicó.
La asociación pretende convertirse en un agente activo de vigilancia y sensibilización ante los retos urbanísticos que enfrenta Gijón. Entre ellos, destacó el crecimiento descontrolado de los denominados “recrecidos”, es decir, ampliaciones y modificaciones en altura que alteran la fisonomía original de los edificios. “Hemos planteado una hoja de ruta que tiene que ver con el catálogo urbanístico y con estar vigilantes de lo que va sucediendo en nuestra ciudad”, añadió Alonso.
El funcionamiento de la plataforma se apoya en un mapa interactivo disponible en su web oficial (apadrinaunedificio.es), donde cualquier ciudadano puede elegir un inmueble que le resulte significativo y “apadrinarlo”. Este compromiso implica realizar un seguimiento periódico de su estado, notificar posibles incidencias y contribuir así a que el patrimonio no caiga en el abandono. La iniciativa también contempla espacios de participación y foros de debate para reflexionar sobre el futuro urbano de Gijón.
Alonso advirtió que, en muchas ocasiones, el problema no está solo en las grandes reformas o derribos, sino en la falta de mantenimiento cotidiano. Por ello, la futura asociación busca complementar el trabajo de las instituciones públicas, reforzando la conciencia social sobre la importancia de preservar edificios y elementos arquitectónicos que forman parte de la memoria colectiva de la ciudad.
Con más de 300 inmuebles ya apadrinados, “Apadrina un edificio” se consolida como un movimiento ciudadano con creciente arraigo. La primera asamblea marca el inicio de una nueva etapa en la que la asociación espera ganar visibilidad, estructura y capacidad de interlocución para defender, desde la participación vecinal, un patrimonio que consideran de todos.