El exministro de Fomento y el historiador y politólogo Joaquín Santiago proponen una hoja de ruta en cuatro pasos: compra, refinanciación, peaje cero inmediato y gestión pública

El debate sobre el futuro del peaje del Huerna vuelve a cobrar fuerza. El exministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos y el historiador y politólogo Joaquín Santiago han publicado en el medio Asturias Liberal un análisis en el que concluyen que la única forma de alcanzar el peaje cero en la autopista AP-66 pasa por la compra de la concesión y su posterior refinanciación a coste soberano.
“El Huerna se financió con deuda privada desde 1983, y esa, y solo esa, es la razón de que exista el peaje: es el mecanismo de repago”, sostienen. En contraste, recuerdan que la Autovía del Cantábrico (A-8) se ejecutó con cargo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), lo que explica que en ella no exista barrera alguna.
El documento critica con dureza la deriva política de las últimas semanas, en las que se han sucedido propuestas para rescatar la concesión, litigar en los tribunales, bonificar usuarios, recurrir a Bruselas o crear frentes interregionales. Para Álvarez-Cascos y Santiago, estas iniciativas constituyen “un maremágnum de incompetencias que mezcla etapas, conceptos y eslóganes”, cuyo resultado es “ruido, titulares y cero decisiones ejecutivas”.
“Un frente interregional no es una política pública; un hashtag no levanta barreras”, advierten, antes de exigir que haya “menos eslóganes y más calendario y BOE”, porque la política de infraestructuras, recalcan, “se mide en decisiones trazables y en cumplimiento de plazos, no en conferencias de prensa”.
El análisis cifra la deuda viva de la AP-66 en unos 328 millones de euros, con ingresos anuales por peaje de unos 67 millones. Según sus cálculos, la compra de la concesión permitiría eliminar márgenes privados e intereses financieros, situando la necesidad presupuestaria neta en 45-55 millones de euros al año. Frente a ello, seguir bonificando supondría un gasto de hasta 674 millones hasta 2050 “sin resolver nada”.
Como ejemplo de que el Estado puede actuar, los autores recuerdan la decisión del año 2000 de sustituir la proyectada autopista de peaje entre Onzonilla y Benavente por la actual autovía gratuita, ejecutada en apenas 26 meses y con plazos cumplidos. “La regla es sencilla: PGE = peaje cero. Repitamos el modelo de la A-8 en el Huerna: comprar, refinanciar, abrir”, concluyen.