Mientras la mayoría de usuarios celebra la intervención en la avenida, que ‘pacificará’ hasta quince cruces peatonales, algunas voces alertan de la supuesta creación de barreras arquitectónicas; el Ayuntamiento recuerda que la obra aún no ha terminado

El ser humano es impaciente por naturaleza. Así de simple, así de directo y así en innegable. Y sí, una persona puede entrenar su aguante y su capacidad de espera, pero prácticamente todo individuo tiene un punto de ruptura, más o menos elevado. Y, en el caso de algunos de los habitantes de Gijón, ese temple tiene una altura equivalente a la de los bordillos que han aparecido en varios de los quince pasos de cebra que cruzan la avenida Schultz entre Manuel Llaneza y la carretera Carbonera, en la que se está trabajando actualmente para mejorar la accesibilidad. Efectivamente, en los últimos días se cuentan por decenas las voces que se han alzado en las redes sociales denunciando la aparición de barreras arquitectónicas en dichos pasos, quedando varios centímetros por encima del nivel de la calzada y, por tanto, dificultando enormemente que personas con movilidad reducida puedan cruzar. Y sería una queja de lo más lógica… Si no fuese porque, de hecho, las obras aún no han terminado, y el resultado no será el que ha alimentado la polémica.
El propio Gobierno ha tratado de atajar esa marea de comentarios recordando que, pese a estar completados los accesos a los pasos, todavía queda tender una capa de aglomerado a la altura de cada cruce, momento en el que, como se anunció al presentar el proyecto, quedarán elevados, sin que su uso entrañe peligros y inconvenientes a quienes requieran de una silla de ruedas, de andadores o de muletas para desplazarse. Ese punto ha sido enfatizado en redes por otra parte de los habitantes y usuarios de Schultz e, incluso, por la Asociación Vecinal ‘La Serena’, que han llamado públicamente a la calma y a no juzgar una intervención tan esperada y demandada en el barrio de El Llano hasta no haberla visto realmente terminada. Al fin y al cabo, como ya declarase en su momento el concejal de Infraestructuras Urbanas y Rurales, el forista Gilberto Villoria, esta obra, presupuestada en unos 165.000 euros, «tiene por objeto y finalidad el hacer de la avenida Schulz una avenida más accesible, donde se podrá circular sin ningún tipo de barrera».